Capítulo 14: Hospital Psiquiátrico
Maldita sea,
Elliott Colin Hammond, nunca conseguirías una hermana que hiciera tantas cosas
por ti como yo. Después de esto él iba a tener que dejarme conducir tanto como
yo quisiera y beber hasta emborracharme.
Claro que él
simplemente podría replicar con un: "Oh, no, mocosa, tú me mataste, era tu
deber sacarme del infierno". Y entonces todo volvería a la normalidad. Si
es que alguna vez lo hacía.
Trepidando,
giré el pomo de la puerta gris. Todavía estaba teniendo dificultades para
respirar, sin mencionar que casi sufría un ataque al corazón y mi cara estaba
ensangrentada debido a una herida en mi cabeza. Aunque, como Leive, era
probable que la abertura ya se hubiese cerrado, o estuviese en proceso. A mi
parecer, posiblemente todavía tenía una fuerte hinchazón y algún feo moretón
sobre mi frente, porque, diablos, dolía.
Antes de que
los espíritus del tren me alcanzaran, empujé la puerta y crucé el umbral. Del
otro lado había una habitación blanca con paredes acolchadas, igual a uno de
esos cuartos de los hospitales psiquiátricos. En un rincón estaba una chica
sentada, sus ojos se encontraban cerrados con sombras debajo de ellos y sus
pies descalzos.
Ella era
Pandora, la bruja autista que se había colado en nuestra furgoneta días atrás.
Pero ahora ella estaba usando su cabello corto y enmarañado, antes solía
llevarlo tenebrosamente largo, lo cual le atribuía un aspecto más fantasmal.
Ella sostenía
una tijera en sus manos, con la cual estaba recortando su cabellera, deshaciéndose
de grandes trozos sin algún remordimiento. Pude percatarme de que a su
alrededor había larguísimos mechones de color castaño oscuro.
¿No se suponía
que debía encontrar a mi hermano aquí?
Pandora dejó
las tijeras a un lado, abrazó sus rodillas y se meció hacia adelante y hacia
atrás al tiempo que emitía un quejido gutural.
–¿Niña?
–caminé despacio hacia ella, rodeándola–. ¿Cómo has llegado aquí? ¡Esto es el
infierno!
La joven
retrocedió, evadiéndome como si pensara que yo iba a lastimarla.
–No te haré daño
–bufé–. Lo único que estoy haciendo es buscar a mi hermano mayor.
Los enormes
ojos de Pandora se abrieron y me observaron diabólicamente. Éstos eran negros
como la noche. Sus dedos se retorcieron con movimientos raros, ella no dejaba
de jugar con sus manos como una pequeña niña ensimismada.
Poco a poco
logré acortar la distancia entre nosotras sin asustarla.
–¿Qué buscas,
Pandora? ¿Por qué te apareces en mi camino siempre?
El silencio se
volvió sepulcral, entonces recordé que Pandora no hablaba. No obstante, ella
tarareaba una melodía suave.
Las luces en
la habitación descendieron y una mancha roja comenzó a aparecer sobre una de
las blancas paredes. La mancha creció, chorreándose.
Estupefacta,
presioné la palma de mi mano sobre la pared acolchada, una mancha de color
granate con forma de mi mano se marcó sobre la misma. Mi mano también se manchó
de este líquido rojo, que bien podía ser sangre. Era como si las paredes hechas
de colchón estuvieran llenas de sangre en su interior.
El rojo se
intensificó cuando la mancha siguió extendiéndose, formando una especie de
figura alargada al gotear.
No, esto no
era una figura. Eran letras.
Paulatinamente,
las letras tomaron forma hasta crear palabras sobre las cuatro paredes.
¿Por qué TÚ siempre apareces en mi camino? Decían las palabras de
manera desordenada.
¿Por qué no dejas en paz a Damien?
Damien Bathory es mío.
¡Diablos! ¿Qué
edad tenía esta mocosa? ¿Catorce? ¿Y también ella quería enrollarse con mi
chico?
Tú hermano. Se escribió en la pared más cercana a mí. Él también es mío, pertenece a mis
recuerdos.
Incluso tú me perteneces...
Los vellos de
mi nuca se erizaron, mi cuerpo se paralizó ligeramente, caminé hacia atrás para
salir por la misma puerta por la que había entrado.
Del otro lado
de la puerta se extendía un largo corredor con paredes blancas, pero sucias, en
el que había sillas de hierro y restos de incineradas camas tumbadas por
doquier. Había puertas con números a lo largo del pasillo, supe en seguida que
esto era un antiguo manicomio.
No se suponía
que debía estar aquí.
¿A dónde se
había ido el tren de los espíritus? ¿Dónde habían quedado las puertas normales
y seguras que te transportaban a lugares normales y seguros? O al menos a
lugares conocidos.
Eché un
vistazo detrás de mí, encontré a Pandora de pie en el umbral de la puerta de su
habitación, moviendo sus dedos como si pudiera hacer magia con ellos.
Maldición, tenía miedo de esa chica.
Emprendí
camino en dirección contraria a Pandora, hacia el fondo del sombrío pasillo, mi
corazón estaba precipitado, di zancadas lentas y cortas.
Solté un grito
de terror cuando un individuo en una camisa de fuerza salió desde una de las
puertas y cruzó hacia el otro lado del pasillo, pasando justo delante de mí.
El sujeto se
veía deformado, no tenía cabello, sus piernas se habían movido extrañamente
mientras las arrastraba para moverse, su piel parecía enrojecida y su camisón
blanco parecía adherido a su piel. Tal como si se tratase de un sobreviviente
de un incendio. Estaba horriblemente incinerado, su rostro no tenía forma, su
piel era rugosa, toda repleta de cicatrices.
En menos de un
segundo esta criatura se había esfumado. Pero, que Dios me ayudara, él no era
el único.
No tardaron en
aparecer otros de estos pacientes chamuscados, iban y venían de una puerta a
otra, corriendo como si algo les estuviera persiguiendo.
Era difícil
para mí contener los alaridos de pánico, mucho más cuando aquellos seres
espantosos chillaban de manera devastadora, o cuando se abalanzaban sobre mí.
Algo vino
desde las alturas y arremetió contra mí, dejándome tendida en el suelo sucio y
frío. Por supuesto era otro de los pacientes. Éste abrió su boca babosa, chilló
como el mismísimo demonio y me golpeó con su cabeza calva e incinerada.
Rodé para
quitármelo de encima. Funcionó.
Al levantarme
descubrí a Pandora parada delante de mí, enseñándome la sonrisa más perversa
que cualquiera en el infierno podría esbozar. En una mano estaba sosteniendo
las tijeras de metal con las que había recortado sus cabellos, con la otra mano
señalaba hacia una puerta blanca de hierro.
La puerta
tenía una ventanilla diminuta de cristal y un número ocho grabado encima,
además de un pequeño anuncio.
Paciente: SGHG-KZ-88-23O
Nombre: Elliott Hammond
Especie: Leive
De origen: etrusco
Edad física: 19 años
Edad de muerte: 00 años
Pecados/Diagnóstico: grado III
Castigo/Cura: grado III
Oh por Dios.
¿Qué significaba toda esa mierda?
Giré para
observar a Pandora, y me agaché en un acto reflejo cuando ella arrojó su
puntiaguda tijera en dirección a mi rostro.
Jadeé desde el
suelo.
–¿Por qué
intentas matarme? ¡No te he hecho nada!
Pandora movió
su cabeza de arriba abajo. A sus pies se hallaban sus mechones de cabello, los
cuales se movieron hacia mí, arrastrándose como serpientes. ¡Tenían vida
propia, joder!
Accioné la manija
de la puerta, tiré de ella y crucé de manera apresurada al otro lado.
Esperé a que
mis ojos se adaptaran a la oscuridad del lugar, el ambiente se sentía
increíblemente caliente, empecé a sudar, mi cabello húmedo se adhirió a mi
cuello y frente.
–¿Colin? –lo
llamé.
–¿Ania? –él
respondió con un jadeo de esfuerzo.
Oí numerosos
gemidos graves desde las penumbras. ¿Había más personas allí?
Mi visión se
aclaró poco a poco, pude vislumbrar un cúmulo de cuerpos de hombres y mujeres
vivos, acopiados unos encima de otros. Colin estaba entre ellos.
Los hombres y
mujeres estaban tendidos sobre la arena roja, la mayoría desnudos y moribundos.
Mi hermano se hallaba acostado boca arriba, mirando la negrura infinita del
cielo. Su cuerpo estaba más pálido y delgado que nunca, casi podía contar todos
sus huesos visibles a través de su delgada piel. Sus alas plegadas ahora
parecían pequeñas, estaban heridas y ensangrentadas, su cabello húmedo de sudor
se adhería a su cara, su estómago y pecho presentaban quemaduras en muy mal
estado.
–¡Oh por Dios,
Colin! –mi voz vibraba. Me arrodillé en la arena a su lado, le aparté los
cabellos dorados de la frente–. ¿Qué te sucedió?
–Llevo semanas
aquí –dijo en tono ronco, como si tuviera arena en la garganta–. No he comido
ni bebido alguna maldita cosa.
–¿Semanas? ¿De
qué hablas? Hace un momento te vi partir en el tren...
–El tiempo no
es igual allá afuera. Para ti pasó un momento, para mí han sido semanas.
–Te sacaré de
aquí, te lo prometo.
–Dame...
agua... –él alargó su brazo y señaló hacia lo lejos con un dedo.
Allá, en la
lejanía, había una botella de agua. Y para llegar hasta ella había un sendero
cubierto con carbón encendido de color naranja vivo. Las personas moribundas
estaban arrastrándose sobre el carbón ardiente, quemando su piel desnuda cuando
ni siquiera podían ponerse de pie; ellos competían los unos con los otros por
esa botella medio vacía de agua.
Antes de que
ninguno alcanzara aquella botella, me puse en pie y corrí sobre el sendero de
carbón ferviente. Por suerte llevaba mis botines de cuero, que tal vez
resistirían al fuego lo suficiente. El aire que me rodeaba estaba ondeando
debido a la intensidad del calor, todo se veía difuso, todo estaba
exorbitantemente cálido. Pude sentir las gotas de sudor recorriendo mi espalda,
el calor abrasándome, quemando las suelas de mis botas, asfixiándome.
Y alcancé la
botella.
Santísimo
cielo, yo debería haber estado preocupada por toda esa gente sedienta
recibiendo quemaduras para conseguir el agua. Pero a esa parte oscura de mí no
le importaba en absoluto. Exclusivamente pensé en mi hermano.
Estuve de
vuelta con él en poco tiempo, sentí que me desmayaría mientras ponía la cabeza
de mi hermano sobre mi regazo y le daba de beber. Él tomó desesperadamente
hasta la última gota.
Por mi parte,
la calidez del ambiente me había debilitado.
–Cada... tres
días... ponen una botella de agua –Cole me explicó después de beber–. Se supone
que..., el que logre cogerla primero, es el que puede beber de ella. Nunca
alcancé a tomar ninguna, cortaron mis alas y...
–mi hermano cerró sus ojos, no podía moverse, ni siquiera hablar con
fluidez, estaba dolorido y débil–, ayúdame, hermanita.
Cuando me hizo
aquella petición, sentí que no podía respirar. ¿Qué podía hacer yo?
Había llegado
hasta aquí, viajado por casi todo el infierno para encontrarlo y no dejar que
él sufriera por mi culpa. Y ahora no tenía idea de lo que podía hacer para
ayudarlo.
–Lo haré, te
ayudaré –dije, a pesar de que yo misma no podía creerlo–. ¿Crees poder ponerte
de pie? Te llevaré lejos de aquí. Te prometo que vamos a salir de esto –mis
ojos se tornaron cristalinos puesto que las lágrimas comenzaban a invadirme–. Y
cuando estemos juntos de nuevo en el mundo real, por favor no cuentes a nadie
que he llorado por ti.
Aun cuando mi
hermano estaba condenadamente mal, largó una risita.
–Me encargaré
de que todo el mundo lo sepa. ¿Si no para qué son los hermanos?
¿Quién mejor
para avergonzarme públicamente?
No me
importaba lo mucho que me haría la vida imposible, lo quería de vuelta. Quería
que peleáramos por entrar al baño primero en la mañana, por comernos lo último
que quedaba de cereal Trix, por la última dona Krispy Kreme o porque nunca me
dejaba conducir.
Inesperadamente
alguien ingresó al lugar desde la puerta por la que yo había entrado.
Un hombre alto
de ojos claros, vestido con puntiagudas zapatillas verdes, un sombrero con una
pluma, vaqueros azules y un saco naranja fosforescente ligeramente abierto,
mostrando una porción triangular de su pecho bien formado.
Era el único
ser sobre el universo que podría llevar esa ropa, el único que tenía tan poco
juicio como para combinar tales colores.
–¡Eustace!
–clamé su nombre de modo ahogado, aunque él ya estaba viniendo hacia mí.
–Querida –dijo
lacónicamente luego de estar cerca de mí–. Lo has hecho, estás en el Cementerio
para Tramposos.
Este lugar era
terrible. ¿Cómo serían entonces el resto de los infiernos?
–Necesito
ayuda, Eustace, por favor.
–Lo sé, lo sé,
estoy aquí para eso.
–Mi hermano va
a morir.
Eustace se rió
de eso.
–No, niña, él
no va morir. Él está muerto. Puede sufrir, puede desangrarse, puede agonizar hasta rogar la muerte, pero no va
morir. No más de lo que ya está.
–Si no me
hubieses... dado diecinueve años de vida... –mi hermano gruñía a Eustace–,
jamás hubiese pasado por esto. Nunca hubiese cometido pecado alguno, y pudiera
permanecer en El Limbo de los Inocentes.
Indignado,
Eustace miró de soslayo a mi hermano.
–¿Estás
culpándome? Culpa a tu madre por esto, fue ella quien me rogó que hiciéramos un
trato, me suplicó tenerte durante al menos unos cuantos años. Y acepté.
Miré a mi
hermano y luego a Eustace.
–¿Tú eres ese
dios con el cual mi madre hizo un trato? –taladré a Eustace con mi mirada–. Me
hiciste creer que mi madre había mentido, me hiciste creer que yo sí era
culpable de la muerte de Cole. ¡Pero lo supiste todo este tiempo!
–Ah, sí. Me
divierte que siempre creas todo lo que digo –comentó con aburrimiento–. Me
divierte torturarte –sus ojos relampaguearon malignamente.
–Deja en paz a
mi hermana –refunfuñó Colin antes de quejarse por dolor–. Soy yo el único que
puede torturarla.
Eso debía ser
algo tierno, ¿verdad?
Eustace le
miró con una mueca artera.
–Se deja
torturar muy bien por mí cuando tú no estás –¿se suponía que estaban peleando
por torturarme?–. Escúchame, Evangeline –Eustace rebuscó en sus bolsillos–. Esa
cosa asquerosa que ves aquí –señaló a mi hermano con su barbilla–, es solamente
el alma de tu hermano. La única manera de que puedas sacarlo de aquí es
encerrándolo dentro de esta carta –me mostró un naipe en blanco–. Yo me
encargaré de eso. Una vez que el alma de Elliott posea a este naipe, tendrás
que buscar la forma de salir de aquí, derrotando a Charun, que es el demonio
encargado de torturar el alma de los muertos. O mejor dicho, el responsable de
que tu hermano esté en estas condiciones. También es uno de los que intervino
en la creación de los Vanthes. ¿Entiendes hasta ahora?
Tragué saliva.
–¿Cómo se
supone que lo derrote? ¿Dónde se encuentra él? ¿Cómo lo reconoceré?
Eustace puso
los ojos en blanco.
–Hombre azul,
barba y cabello rojos, orejas puntiagudas, alas emplumadas, nariz de buitre,
algo parecido a un Vanthe, a veces lleva un martillo o un hacha, es imposible
equivocarse, ese tipo es horrible. Debes prestar más atención a mis clases,
pequeña. Y no lo encontrarás, es más posible que él te encuentre a ti.
Derrotarlo... esa es la parte difícil. Pero confío en ti –las comisuras de sus
labios se curvaron en una sonrisa solapada.
–¿Estás
enfermo? –Colin intervino–. Mi hermana no peleará con Charun. Viejo, él es un
demonio muy poderoso, no permitiré que ella también termine como yo...
–Él es un
demonio –volvió a decir Eustace–. Y Evangeline es un Leive, una creación
perfecta entre dos dioses.
–Los demonios
y los dioses crean. Nosotros somos sus creaciones –continuó mi hermano–. ¿Quién
es más poderoso? ¿El creador o las creaciones? Yo sí he prestado atención a tus
clases, hombre, no intentes engañar a mi hermanita.
Eustace
comenzó a hablar en nuestro antiguo idioma etrusco, recitando una especie de
oración en la que pude comprender alguna que otra palabra, incluyendo el nombre
completo de mi hermano.
Seguidamente
el cuerpo de mi hermano se volvió traslúcido hasta convertirse en polvo dorado.
Cada partícula de oro se esparció por los aires, luciendo como humo, el cual fue
absorbido por el naipe que Eustace sostenía en sus manos.
–No escuches a
tu hermano –me aconsejó–. Yo confío en ti, Evangeline –me entregó la carta–. Si
logras salir del inframundo, niña, tendrás que buscar el cuerpo de Colin, poner
el naipe en el lado izquierdo de pecho, encima de su corazón, y recitar las
mismas palabras que acabo decir.
Estudié
detenidamente la carta. Ésta ahora tenía grabado otro dibujo abstracto de color
negro, dorado y cobrizo, la figura se asemejaba a un ángel de rodillas con alas
puntiagudas.
Mi hermano
estaba ahí dentro.
–Te traje algo
–Eustace me entregó un pantalón doblado y la diminuta estrella blanca que había
dejado en mi antigua casa–. Es tu pantalón, pensé que estarías más a gusto con
él. Y tu estrella, por si quieres regresar a casa con un lindo recuerdo del
infierno.
Me coloqué el
pantalón por debajo de mi larga falda roja, después me despojé de la falda y
puse la estrella en mi bolsillo.
Cielos,
verdaderamente extrañaba la libertad de mis vaqueros ajustados.
–No me vendría
mal un traje de blindaje –dije mientras subía el cierre de mis pantalones.
Al levantar mi
mirada, Eustace ya se había marchado.
Atravesé el
lugar para salir por la puerta, llegué hasta el pasillo en el que la bruja
autista me había atacado. El mismo ahora estaba desierto, salvo por una silueta
alada que se aproximaba desde la distancia.
Supe
inmediatamente que era Damien, puesto que podía olfatear su aroma desde la
distancia. Él se dirigía hacia mí con paso presuroso.
Jadeó al
alcanzarme, me miró profundamente de una manera que no podía comprender, sus
ojos parecían malditamente oscurecidos tras un manto impenetrable.
–¿Cómo estás?
–largó un jadeo, agarró mi mano dentro de la suya como si necesitara sentirme
para saber que estaba bien.
Su contacto
consiguió que mis rodillas temblaran.
–¿Dónde está
Miranda?
–A salvo –me
respondió casi como una promesa antes de alzar su voz en un grito–. ¡Grace, la
he encontrado!
Las pisadas de
Grace resonaron contra el linóleo hasta que ella se mostró junto a nosotros. La
sucia cogió un fornido brazo de Damien, apretando sus bíceps y tríceps.
–Bien hecho
–ella lo felicitó y lo besó en los labios. Por un instante Damien parecía haber
retrocedido, luego permitió que ella le besara–. Debes decírselo –la escuché
susurrar al oído de Damien.
–No es un buen
momento, Grace –él replicó, echándose hacia atrás finalmente.
–Dile, ahora
–lo presionó ella, apretando el brazo de él con más firmeza–. Ya lo habrá
notado de todas formas.
Noté la
tensión en cada centímetro de musculatura del cuerpo de Damien, advertí que su
mirada parecía atormentada.
–Tengo que
hablarte –él manifestó, cerrando sus ojos a modo de rendición.
Por mi parte,
no podía respirar.
–Déjame en paz
–musité con odio. Me estaba volviendo una experta en controlar mi voz vibrante
cuando todo lo que deseaba era llorar.
–Lo haré,
solamente quiero explicarte algo –siguió–. ¿Puedo?
Apreté mis
dientes.
–¿Puede ser a
solas? –fulminé a Grace con mi resentida mirada.
Ella se aclaró
la garganta. Damien sacudió ligeramente la cabeza.
–Grace puede
oír cualquier cosa que quieras decirme.
Eso era un
golpe bajo, uno muy fuerte. ¿Desde cuándo esa perra se había convertido en la
dueña de su privacidad?
Desde mi
interior, un dolor agudo se adueñó de mí.
–No quería
decírtelo ahora –empezó Damien–. Estamos en medio del infierno buscando a tu
hermano y hemos pasado por mucho...
–Damien...
–Grace continuó presionándolo.
Él aclaró su
garganta y siguió.
–La cosa es
que vas a enterarte de todas formas.
Estreché mis
ojos para evitar que Grace y Damien se percataran de la humedad en ellos. Quise
hablar, pero sabía que mi tonalidad rasgada me traicionaría. Aguardé en
silencio.
–Grace y yo
estamos juntos, Ania. Sé que este no es un buen momento, créeme...
Entonces lo
abofeteé con toda la fuerza que tenía y luego le propiné un puñetazo en el
pecho. Damien solamente permaneció inmóvil hasta que me reclamó sobresaltado,
alzando su voz.
–¡Fuiste tú
quien me pidió tiempo! Pensé que eso era una manera agradable de terminar
conmigo.
–Y gracias a
Dios que lo hice. ¡Eres una basura, un infeliz de mierda! ¡Hagan lo que
quieran! ¡Corran a casarse y tengan siete hijos si quieren, a mi me importa una
mierda lo que ustedes hagan!
Me di la
vuelta y caminé furiosamente hacia el otro lado del pasillo.
–Ania –él
insistió mientras se aproximaba desde atrás.
Me detuve,
pero no me volví a mirarlo, las lágrimas ya estaban sobre mi cara.
–Lo que tengo
con Grace no es reciente, incluso antes de que tú la conocieras, ambos solíamos
tener encuentros a tus espaldas. Al principio pensé que las amaba a las dos,
pero ahora estoy seguro de que quiero a Grace. Tenías razón, nunca he confiado
en ti –hizo una pausa muy corta de vacilación–. Nunca te he amado.
En ese
instante sentí que todo mi mundo se derrumbaba, hice un esfuerzo descomunal para
que mis rodillas no flaquearan, mi pecho se sentía aplastado, cada parte de mi
cuerpo dolía como el demonio. Mis ojos solamente veían rojo por el odio. ¿Por
qué dolía tanto?
Sin pensarlo,
eché a correr. No quería seguir oyendo otra palabra de Damien y o de la perra
de su novia.
Mientras
corría con mis debilitadas piernas me estrellé contra algo, con tanta fuerza
que caí hacia atrás. Alcé mi vista lentamente desde el suelo y divisé a un
hombre que reconocí al instante.
No, éste no
era Eustace.
Éste tenía
alas blancas llenas de plumas, piel azul, más oscura que la de un Vanthe, sus
orejas eran puntiagudas, su nariz como el pico de un buitre, su barba larga y
roja, al igual que su cabello. Un artefacto brillaba en su mano derecha, algo
parecido a un mazo de oro.
Era Charun.
De un momento
a otro fui golpeada en la cabeza por aquel gran martillo. Y todo se volvió
negro mientras sentía que remolcaban mi cuerpo a través de la superficie del
frígido piso.
Me desperté
con la sensación de que mis huesos se congelaban, abracé mi cuerpo con mis
propios brazos y tirité. El ambiente era demasiado gélido.
Abrí despacio
mis ojos, vi paredes azules cubiertas con una capa fina de hielo y me percaté
de que estaba encerrada en una habitación muy pequeña.
Gemí antes de
incorporarme y me encaminé hacia la única puerta que pude encontrar. Pero su
cerradura estaba congelada y era imposible abrirla.
Al parecer el
infierno era más frío de lo que creía.
Me giré en
redondo solo para notar que había un ataúd detrás de mí. Dubitativa, abrí el
ataúd pausadamente. Obviamente estaba aterrada, no sabía lo que podía encontrar
ahí, pero estaba dispuesta a arriesgarme. ¿Qué más podía perder?
Una fragancia
masculina y suculenta se desprendió desde el interior de aquella caja alargada
de color negra con ornatos ostentosos en rojo.
Había un
cadáver dentro del ataúd, o algo así.
Se trataba de
un hombre pálido que vestía como Drácula, cuyas manos descansaban sobre su
pecho formando una equis, y cuyos ojos estaban cerrados en un gesto apacible.
Entorné mis
ojos para estar segura de lo que veía. Todavía no podía creerlo.
¿Ése era
Eustace? ¿Muerto?
Dejé caer la
tapa de madera del ataúd antes de hacerme hacia atrás.
¿Qué
demonios...?
Aquella caja
volvió a abrirse con terrorífica lentitud.
Y Eustace se
mostró allí. Se sentó mientras todavía mantenía sus ojos cerrados y sus manos
cruzadas en su pecho. Una carcajada oscura salió de su boca con colmillos
blancos y tajantes, sus ojos se abrieron, dejando que un destello rojo rutilara
por encima del tono azul verdoso de sus iris.
–¡Mierda,
Eustace! –dije con la voz rasgada–. No estoy de humor ahora para ti. Me duele
la cabeza, estoy herida, encerrada, mi novio acaba de terminar conmigo y de
confesarme que nunca me amó y que siempre estuvo engañándome con la zorra de
Grace... no creo poder soportar...
Los ojos se
Eustace se ensancharon.
–No, no, no.
No lo digas. No digas nada –él saltó fuera del féretro–. Tampoco estoy de humor
para ti, me duele la cabeza, también estoy herido y encerrado aquí contigo, y
mi novio acaba de terminar conmigo, y me engañó, y nunca me amó... –Eustace
lloró ridículamente. Después se detuvo, con expresión confusa–. No, espera, eso
último no me sucedió a mí –sonrió.
Enojada y
frustrada, comprobé que el naipe con el alma de mi hermano seguía en el
bolsillo de mi pantalón. Cuando noté que todo estaba bien, me senté en el
suelo, abracé mis rodillas y hundí mi cabeza en mis brazos.
Sabía que
tenía muchas cosas importantes para pensar, como por ejemplo el hecho de que
probablemente estaría atrapada el resto de mi vida y el resto de mi muerte en
el inframundo. Había sido lo suficientemente tonta como para creer que podría
derrotar a ese tal Charun. Quizá Miranda estaba en peligro y seguramente se
encontraba muy mal por la pérdida de su bebé, tenía que buscar maneras de
escapar y salvar a Colin...
Aunque la vida
no fuese la misma después de todo. Si Colin volvía, no tendría a su bebé, no
estaría con Miranda, me culparía de todas sus desgracias, yo jamás volvería a
estar con Damien.
Maldita seas,
Bathory.
¿Por qué no
podía dejar de pensar en él? Lo único que podía sentir en mi interior era un
dolor de la puta madre. Un dolor mortal que me había causado su traición.
Él la había
besado frente a mis ojos, todo este tiempo él había estado mintiéndome, me había
dicho que me amaba, incluso lo había sustentado hacía unas horas atrás en el
burdel. ¿Cómo pude ser tan estúpida? ¿Cómo él pudo lastimarme de esa manera?
¿Ni siquiera le importaba un poco? ¿Me había hecho el amor pensando en ella?
¿Era posible...?
Sentí que
Eustace me acariciaba el cabello con sutil firmeza.
–Te dije que
sería un juego difícil. Te dije que se perderían vidas, te dije que habría
sangre y llanto. Te dije que sería peligroso –sus dedos bajaron hasta las
puntas de mi cabellera, rozando mi espalda–. Pero tú no me has creído.
Mi cara estaba
caliente, porque había lágrimas humedeciendo mis mejillas.
–Todo esto es
tu culpa –acusé a Eustace entre dientes.
Él abrió su
boca, fingiendo asombro.
–¿Fui yo quien
te engañó? Oye, puede que le haya sido infiel a mi esposa un millón de veces,
pero no lo he sido contigo. Fue el muchacho ese con el cuerpazo el que te ha
puesto los cuernos –finalizó con una risa cínica.
–¡Déjame en
paz! –chillé antes de empujar el pecho de Eustace–. ¡Te dije que no estaba de
humor! ¡Será mejor que me saques de aquí pronto porque ya no puedo más! Ya no
puedo, no puedo seguir... –el hilo de mi voz se perdió al final de la frase.
El rostro
impávido de Eustace ni siquiera se inmutó.
–¿No puedes
seguir porque tu novio te dejó?
Vacilé antes
de responder.
–¡No! No es
él. Es todo. Damien solamente es un maldito cabrón que no se merece mis
lágrimas. Es un idiota que merece morir. Es un perro que merece ser castrado
–Eustace hizo un mohín–, al igual que tú, al igual que cualquiera que engañe a
la persona que más los ama.
–Bathory no
tiene la culpa de haberse enamorado de otra. El amor es así.
Largué un
bufido.
–¿Enamorarse?
Ese idiota nada más se ama a sí mismo.
Eustace se
aclaró la garganta.
–Estás siendo
dura –su tonalidad había cambiado a una oscura y solemne.
–Sí, claro.
Defiéndelo. Ustedes son iguales, todos los hombres lo son.
–No estoy
defendiéndolo, solamente estoy seguro de que el tiempo te hará arrepentirte de
tus palabras. Las personas no pueden andar por ahí deseando maldad hacia otros,
sin importar el daño que te han hecho.
Me reí de
forma sarcástica.
–Por supuesto,
bien por ti, Santo Eustace. Yo nunca podré ser tan buena. Mandaré al diablo a
cada persona que me lastime. ¿Y qué crees? No me importa ir al infierno por
eso.
–Cállate, no
debes decir eso. En especial no aquí –los ojos de Eustace capturaron los míos–.
Oh, pequeña, no te llenes de odio –él abrió sus brazos para mí. Al notar que no
me moví, me abrazó por su propia cuenta–. Nunca debes perder ese ángel dentro
de ti, Evangeline. No importa cuánto tiempo pase, ni las experiencias que
vivas, debes afrontar el universo como un niño lo haría. Así como cuando
besaste a Chau en su pequeña cabeza de conejo y le hablaste, porque en el fondo
sabías que él te escucharía, a pesar de estar hecho de felpa. De eso se trata
la vida, de mirar todo como si lo vieras por primera vez, de querer subir cien
veces a la montaña rusa, de poder imaginar algo enorme cuando miras algo tan
pequeño que cabe en la palma de tu mano, de emocionarte con helado de
chocolate, de odiar los vegetales, de creer en Santa Claus, de mirar las cosas
a color incluso cuando todo es gris, y de preferir comer dulces en lugar de un
pollo asado o una bandeja de escarabajos.
Me permití
rodear a Eustace con mis brazos también. El hombre estaba loco y no era para
nada confiable, pero yo lo quería profundamente.
–Amas a
Bathory, ¿verdad? Tú no puedes continuar sin él. Porque él te da fuerza. Puedes
soportarlo casi todo solamente cuando ese chico está contigo. Es por eso que tanto
te duele que te haya lastimado. Si tú no lo quisieras, no estarías llorando
ahora. Pero si te llenas de odio, serás como cada jodido adulto miserable,
entonces ya no me agradarás, y tendría que matarte.
Salí de los
brazos de Eustace, contrariada. El hombre se metió nuevamente en el ataúd, se
despidió con una mano y cerró la caja. Lo llamé antes de volver a abrir el
féretro. Aunque él ya había desaparecido.
Oí su risa
detrás de mí nuevamente, pude sentir su aliento cerca de mi nuca y me volví.
Eustace estaba sonriendo nerviosamente, incluso sus mejillas parecían
sonrosadas.
–Por un momento olvidé que no puedo ir a ninguna parte
–profirió–. Charun me encerró aquí contigo. Ese demonio de mierda me las va a
pagar. Nuestro juego se puso difícil, ¿eh?
20 comentarios:
No lo creo xD.
¿Eustace? ¿Encerrado?
Anyway, me encantó demasiado este capítulo. He estado la semana entera revisando a ver si habías subido algo xD.
Em... eres genial escribiendo, espero que no lo olvides.
No creo que haya sido el "verdadero Damien" quien le haya dicho eso, después de todo ¡es el infierno! Ahí todo pasa u-u.
Como sea, es un perro >.<.
Espero que subas pronto, no puedo soportar mucho tiempo sin saber como continuar.
Eustace cuando quiere es demasiado bueno, y dulce... a su manera.
Es que él es tan... Esutace *-*.
Please, sube pronto >.<.
I'll be waiting <3
Kisses! ;*
Estos llorando por tu culpa!
ese damien hijo de la chingada que se quede en el infierno el muy maldito sabes que ania es una tonta siempre lo perdona pobra estar muy buenote pero no tiene cerebro grace pss es una ......... hija de.......... si todo eso y mas ja ya no leere nada me marcho marchadamente ja y si se queda con esa tipa que se quedo luego regresa llorando no ania yo si te amo pero no entiendes le crei y no se que bla bla bla que lo mande a la..... si si estoy enojada y inventale otro personaje mejor y mas buenote que damien pero estaves solo querra a ania y todos felices ja!! fin ese sera el final jum me voy cuidatexD
:O
Damien me desilucionaste HDP xD
¿Como pudiste hacerle eso a Ania? Te odio ¬¬
Eustace Es unico...Lo admiro; Todavia no puedo creer que este encerado ._.
Aras un Twicam O.O Siii :D Pocos dias despues de mi cumple xD ojala no sea muy tarde(Por l noche)
Si tu padre te pone a trabajar se ganara muchas Enemigas Por aqui xD
Te quiero , Bye *_*
Quiero saber que le dijo la zorra de Grace a Damien para obligarlo a decir eso!! ¬¬
Estuvo genial el capitulo... Eustace cada vez mas bipolar pero en fin jajaja siguela pronto!! =)
Oh!!! no lo puedo creer que se cree ese estupido de Damien en decirle eso a Ania, estoy enojadisima ojalas que crees u personaje mucho mejor que Damien y mas bueno que ame a Ania por sobre todas las cosas por que se lo merece!!! que rabia esa maldita perra de Grce la detesto!!!!! que se muera xD sube prontooo!!!! plisssss
todo era muy cierto para ser verdad Damien es un idiota como dejar a Ania por otra dios deverdad que todos los hombres son iguales
En fin sthep ya no tengo palabras para decrite lo bien que escribes porque creeo que ya te las dije todas tqm!! espero el siguiente capi
bye nena
=)
Volvi si yo denuevo estuve pensando en quin podria interpretar al nuevo y mas sexy amor de ania y el ganador fue!!Mat Gordon rin rin rin rin o Sean Opri
chan chan si ania se merese a alguien mejor que a ese bastardo!!como para que luego resulte que chantajearon a ania ay aja eso seria una...pero en fin sigue siento un horroroso en todas las historias engaña a ania se me fue el amor hacia damien.
U mi coment fue el segundo y yo ni en cuenta xD wiii
A.
Que bueno el capitulo!!! ojalas que Ania logre salir de ahí y maldito de Damien como se le ocurre estar con Grace, esa pe...!
sube pronto u capitulo por fis!!!!
OMG <3 *.*
ah! nunca me voy a cansar de decirlo amo a eustace y es mi personaje favorito ahh dios que lindo final me lo imagino todo tierno diciendole tan lindas y alentadoras palabras a ania todo vestido de dracula y con colmillos haha XD lo amo! <3 sabes que? me parece que es al que mas voy a extrañar de esta saga aww no lo podrias hacer aparecer en obsesion aunque sea por un cap? ahw seria genial :D ...che el cap me encanto esa nena-fantasma-autista es tenebrosa ahhh y las palabras con sangre :S si que da miedo y ahh pobresito colin tan divino todo desnutrido y sediento che me parece que mas de una abra querido ser esa botella de agua no? haha YO SI! :P y ahora ese demonio charun huu no va a ser nada facil esa pelea..si, el cap estuvo genial y me encanto todo pero por sobretodas la cosas NUNCA si, NUNCA pense que damien podria hacer algo como lo que hiso es repugnante la manera en la que la beso y la otra pelotuda abrazandolo re embobada ahh esa es una trola con todas las letras he! y sabes ojala que lo allan obligado a decir esas barbaridades y ese no halla sido damien sino un doble o al go asi xq sino te juro que le ago la cruz dioss como pudo abrla engañado ttooodddoo este tiempo??!? ahhh me calente! >:| bueno steph ah lo dio a ese wacho musculoso!...
y si estoy rogando a dios para que tu papi no te aga trabajar y te deje terminar la nove a tiempo te lo mereces! y bueno como siempre seguilaaa asiq subi pronto steph besos bye! ^^
Increible el capitulo!!! que en estado de shock!!! maldito Damien que se cree ese est...!! como puede cambiar a Annia por esa feucha argggg es un tonto!! pobre de Annia como estara de sufriendo :( por fa sube un cap. pronto!!!!
No lo puedo creer!!! quede en estado de shock!!! como Damien pudo hacerle eso!!! es un "#$$%%#$" pero espero que sea solo una mentira que desilusion!!!!
Steph!!
Me he quedado sudando con este capitulo creo que lo de estar en el infierno me sta afectando a mi tambien jajaajaja
Maldito Damien la parte que me decia todas esas cosas fue la peor de todas no podia creermelo y encima por la zorra de Grace !! Me dejo echa polvo cuando estaba diciendo ya antes habia estado con ella ... espero que no sea cierto porque de verdad que lo matoo!!
Eustace se quedo encerrado jajaja no me lo puedo creer. Ese hombre no se que mierda tiene pero me pone jodidamente caliente... !!
Sube pronto capitulo Steph.
No tengo tiempo y estoy muerta de cansada pero luego de leer eso no puedo no comentar ahora...
me llené de esperanza cuando encontró a Colin fue no se como volver a creer en Santa, o darte cuenta de que algo si existe aunque sea dentro de ti...
luego todo se puso dificil y ya se me metió en la cabeza que no podria salvar a cole y que todo era inutil... luego con Damien no se porque pero no me dieron ganasd e matarlo... en todo momento crei que no era el... no puede ser el ¿Verdad Steph? Esto es otra de tus jodidas espectaculares eseneas de drama, tenia que ser alguna especie de alucinación o demoño me niego completamente a creer en eso, quizá Damien haya engañado a Ania una vez y por depecho pero no a sus espaldas, ese no es el Damien del que nos enamoraste
... Me llené de ternura y se me cayó alguna lagrima Si, se me cayó... con el discurso de Eustace Ese hombreeeeeee ldjskdjksf Será todo lo que será un maniatico, un loco, un sádico pero se aprendió a querer <3
& ahor están encerrados los doooooooos Espero y ese viejo chiflado drogado haga algo por la vida y se deje de tanto disfraz que por una vez haga algo buenooooo (? buee estoy hablando muy mal del pobre Eustace no lo merece.
EEEEEEEEEEEEEEEEEEEsperate antesss Pandora que Diablos es? Me quiere robar a mis dos chicos & no eso si que noooooooo, no tiene algo que ver con la madre de Ania? ksjdksjxc QUIEN MIERDA ES? DAME NOMBRE DIRECCION NUMERO TELEFONICO CORREO FACEBOOK TWITTER & TUMBLR (?
Steph Siguela pronto desde acá seguirmo rogando para que tu padre no te haga trabajar xD Una vez mas meeeeee llevast a una galaxia paralela , no sabes lo que sefri con el suspenso el capitulo estuvo increible Lo ameeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee me deja un mal sabor de boca lo de Damien pero fue sdjshdsjfhdxf Sin palabras <3
Siento que el comentario sea asi, :l tan insulso, peo me tengo que ir ya
Te quiero (L
Otra Cosa, Grace es una PERRA Zorra pu*a Trola gato arreglado forrra de mierda quien carajo se cree que es la puta madre que la pario la cooooncha de la lora POOOOOOOOOOOOORQUEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!
ODIO A ESE PERSONAJE -.- NADA ME HARÁ CAMBIAR DE OPINION. SIGO CREYENDO QUE FUE UN DEMONIO UNA ALUCIONAVION O AMENAZARONA DAMIEN O ALGO ASIIIIIIIIIIII. ES ESTABA FUERA DE SUS CABALES Y YA (?
Siento las malas palabras ?)
maldicion chica este es uno de mis capitulos favoritos, Damien Bathory eres un hijo de mierda super cabron sexy... auch Ania esta muuuy dolida.. es verdad eso lo que dice Eustace la vida con odio es vacia asi qe puta madre no puedo creer todo esto
Damien pense que amabas a Ania o solo que......?? A no me Jodas puta madre no me digas que es lo que estoy pensando??:..... a no me Jodas a no me Jodas
Grace Hija de la chingada puta qe te pario....
Steph JiJa de tu mama
dime que Damien si ama a Ania
verdad que si?'
O Puta madre perra idiota de Grace chiga tu puta perra madre hija de la mierda cabrona sin corazón Zorra de mierda Vete mucho a la verga perra Zorra...
Juro que me haces Llorar Steph... amo tus putas historias
Demonios!!!!!!!!!!
Sabes que me sucedio??
mi hermano iso una tardeada en mi casa y usaron mi USB para escuchar musica y en el tenia guardado todos mis libros, la saga medianoche, academia de vampiros, vampiros sureños, besos del vampiro, beso de plata, cronicas vampiricas, tus libros todos!! .. y sus perros putos hijos de mierda de sus amigos robaron mimemoria y no guarde una copia en mi pc y ya no tengo nada y eh llorado como una bebe literalmente por que esa memoria era mi pocesion mas preciada y ya no tengo nada y aaii juro que muero sin leer mis libros ooo deberas lloro mil y como en la memoria tenia escritos una novela que es mi proyecto de lengua y todo completamente todo se fue o gosh
Asy niña si no quieres que llore mas sube capitulo que amo esta novela que es la unica que me queda y una de mis favoritas siguela girl o muero
By: Sherl ;C
PD: sube o si no voy ir preparando tu tumba C;
Olvide decirte algo xD Si llenare esto de comentarios mios nomas :l Cuentaaaaaaa conmigo para ese Twitcam Estaaaaaaaaré ahi aunque sea lo ultimo que haga ?) <3 kjdskjdks
Cuidate Steph y tu huyele a tu padre :/ okya Besooos
Dios lo ameeeeeeeee Cole aún puede vivir todos podemos volver a ser felices! :')
me emocione mucho con esa parte
Damien es un verdadero hijo de su madre como pudo hacer eso? lo mataria de no creer que se trata de alguna farsa.
Eustace encerrado? Wooooow eso si que no lo imagino!
Amo como escribes siento no haber comentado muy seguido :/ Cuidate .
ahahhaah no te puedo creer que Damien haya hecho una cosa asi por dios y esta para rematar todas las que se mandó! ahora como siempre nos dejas con la duda de que pasará jajaj, pero desde que empecé a leer tus novelas se que siempre nos sorprendes con algo inesperado en cada capitulo, algo que no esperabamos o que tal vez si, y luego quedo asi como ??? WTF? y eso es lo emocionante...asi que voy a esperar al proximo capitulo a ver q sorpresa trae y aclarar todas mis dudas jajja.
saludos de parte de uruguay que incluso hay mucha gente que te lee por aca...grax x responder mi comentario la otra semana, ojala te puedas hacer un tour por new york pronto jajaj pero tambien quiero que empiece obsesión y haha no se puede pedir todo hay que esperar...esperaré jajaj..
steph!!! por favor sube pronto u capitulo que estoy tan ansiosa!!!!! todos los dias paso a ver si has subido el proximo capitulo!! pero me llevo una desilusion por que no esta!!!!!! plis sube pronto unooo!
OMJ! El Cap estuvo increible!
No puedo creer que Damien le puso los cuernos a Ania Quien se creee? nono, es un verdadeo idiota & Graaaaaaaace esa !@$%^&*&^%$#
No me imagino a Eustace encerrado pobrecitooo ay Todavia podemos tener a Colin!!!!
Porfavor Steph siguelaaaa pronto!
May
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