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lunes, 24 de septiembre de 2012

Capítulo 8: El que Baila con los Muertos




Capítulo 8: El que Baila con los Muertos

–Cuéntame más –decía Heather a Colin con los ojos grandes y flamantes.
Por esta vez, estaba vestida, pues hacía frío como el demonio, por lo tanto, la envolvían pantalones de pana y un sweater que estaba pintado en muchos colores y formas psicodélicas. Sus botas eran de terciopelo, porque no usaba cuero. Ni comía carne.
Los dos estaban sentados en el suelo de esa vieja furgoneta oxidada, llena de polvo y telarañas, con la pintura rosada estropeada y las llantas sin aire. Estaba muy oscuro dentro, el único resplandor provenía de una antigua linterna que funcionaba con baterías.
–Debes saber que al principio te odiaba –Cole le explicaba.
Habían estado charlando por horas, él convenciéndola de que era inmortal, de que hubo una chica en su pasado, que tenía su misma alma, que hablaba de las mismas cosas, que pensaba en sus mismos ideales, que andaba descalza. Tal vez no desnuda, pero descalza. Una chica que le había hecho daño al marcharse, dejándolo destrozado e indefenso como jamás había estado.
–Pero luego te amé –admitió–. Y después, pretendí odiarte. Y luego, me dejé vencer, volví a amarte. No solo te amé, sino que dejé que me amaras también.
–¿Por qué? –siguió la chica con exaltación–. ¿Acaso no querías estar conmigo?
–No, no realmente. Cuando te conocí en la secundaria, lo primero que pensé es que eras bonita. Pero luego te vi armar revuelo con los grupos ambientalistas, marchar a favor de la libertad, andar por ahí con tu guitarra en la espalda y fumar cigarrillos en esta furgoneta tuya... –hizo una pausa–. Odiaba cada aspecto de tu personalidad, en serio. Desde la música que oías, hasta la que cantabas. Odiaba que inventaras que podías ver las auras de las personas...
–¡No invento, yo...!
 –Lo sé, luego lo supe –prosiguió–. Al principio pensaba que solo estabas loca y que vivías todo el día drogada con marihuana. Odiaba que no comieras carne, ¿quién es tan enfermo? Amo la carne roja y jugosa.
Ella le mostró una mueca de repugnancia.
–No sé si pueda soportar que comas carne frente a mí.
–Oh, lo harás, antes lo hacías, a pesar de ti misma –hizo una pausa–. Lo que nunca cambió, era el hecho de que te consideraba hermosa.
–¿Me amabas por mi físico?
Él negó con la cabeza.
–Te amaba a pesar de todo lo que te hacía incompatible conmigo. Terminé enamorándome de cada una de las cosas que detestaba y descubrí cuán especial te hacían. Sabía que estaba perdido, que era muy tarde para arrancarte de mi pecho, por eso hice todo para mantenerte lejos y fingir que te odiaba. Eras mortal, yo no. Algún día te irías, y yo no.
–Esta vez –Heather susurró, inclinándose más cerca de Colin–. He venido para quedarme.
Él no hizo un comentario al respecto, aunque sabía la verdad.
No es cierto, todavía eres mortal, quería decir, pero se sentía tan alucinado y dichoso que no iba a permitir que ese pensamiento lo atormentara. En su lugar, dijo:
–Tus ojos solían ser verdes.
Levantó una mano para ponerla sobre su cara y le acarició la mejilla con su dedo pulgar. Ambos temblaron, Heather cerró los ojos, percibiendo la calidez de ese roce sobre cada centímetro de su piel, de pronto no era capaz de respirar, o pensar. Abrió los ojos, recordando que estos eran dorados acaramelados.
–¿No te gustan ahora mis ojos?
Una risita se escapó de Cole.
–Sí, sigues siendo hermosa. Creo que... de cualquier forma en la que vengas, te seguiré amando.
Heather se rió.
–Apuesto a que no. Tienes suerte de que no tengo dientes de conejo, ni nariz de bruja o cabellos de espantapájaros.
Colin sonrió de forma diabólica.
–Yo creo que sí –la miró como si investigara su rostro, tocó el hueso de su nariz con un dedo–. ¿No piensas que tu nariz es muy grande? Yo diría que compites con una bruja.
Heather le despidió una mirada fulminante.
–Oh, idiota de mierda –le dio un golpe en el pecho y comenzó a ponerse de pie.
Él tomó su mano con fuerza.
–No te vayas, no creo que pueda soportarlo –masculló, sonaba como una broma, pero un matiz de dolor había hecho temblar tenuemente su voz–. No de nuevo –se corrigió–. Si me lo permites, pasaría cada día, hora y segundo junto a ti. Hace más de dieciséis años que no te tengo. Y... tal vez tú no sientas lo mismo, porque soy un completo extraño para ti, pero... yo... te extraño.
Heather estaba inmóvil, admirando la completa belleza de este hombre. Su cabello era rubio, dorado oscuro, desordenado encima de su cara, largo adelante, corto atrás.
Luego de su primer encuentro, Cole había tomado tijeras y lo había recortado en la forma que lo traía antes. Lo dejó rubio, como naturalmente era, porque sabía que a la antigua Miranda le gustaba así, ella odiaba cuando lo teñía de negro. Se había afeitado el rostro y dado el baño probablemente más largo de su vida. Nunca duraba más de cinco minutos en la ducha: jabón, champú y estaba listo. Esta vez había permanecido quince minutos enteros ahí, decidiendo qué loción debía usar para después de afeitarse, si debía ponerse algún perfume, si estaba bien que acondicionara su cabello.
Diablos, estoy volviéndome gay, se había dicho frente al espejo.
Heather había notado eso, todos los cuidados que se había tomado para verla, percibió el aroma a sándalo de su jabón, la suavidad de su cara, la fresca fragancia de su loción y ese perfume masculino con olor a madera. Parecía imposible de creer, pero su corazón nunca había latido tan fuerte por alguien. Le creía, cada palabra, cada historia. Nadie podía inventar tanto, ¿o sí?
En el momento en que dijo que la extrañaba, su corazón se saltó un latido, dando un vuelco dentro de su pecho, su estómago la atormentó con un cosquilleo inquietante. Él era hermoso, como un modelo masculino o actor de Hollywood. Sus ojos eran de un color que podría ser azul con las luces de la noche, o verde con el reflejo del mar, sus rasgos eran angulosos, sus labios torcidos, delgados y rosados, visiblemente apetecibles, sus pestañas largas en lo alto de sus pómulos. Y poseía la sonrisa con hoyuelos más hermosa que hubiera visto jamás. Cuando sus labios se curvaban hacia arriba, ella se volvía gelatina. Su cuerpo era grande y delgado, con perfectos músculos bajo esa pálida piel de cristal.
¿Cómo podía llamarle a lo que sentía?
¿"Amor a primera vista"?
O tal vez: "Soy tan estúpida que creo todo lo que me dicen".
Ella creía en el amor, en el destino, en la libertad, en la bondad. Ella confiaba en que, en alguna parte del mundo, estas facultades estaban ocultas, quizás tras la mirada de un joven triste como este.
Cayó nuevamente al suelo, de rodillas, se puso tan cerca de él como la física se los permitía. Le tocó un brazo, acariciando con dulzura sus rígidos bíceps por encima de su lisa tez. Mientras sus caricias recorrían el largo de sus brazos, sus músculos se tensaban mucho más bajo los dedos de ella. Con su otra mano, le apartó el cabello de los ojos, arrastrándolo hacia atrás.
–¿Tú me amas? –ella musitó.
Él se recordó en las sombras, sintiendo la oscura soledad cortando su piel como cientos de navajas, se recordó bañado en furia, culpa, igual que un alma en pena. En las noches frías, gritaba con desesperación, sus puños sangraban debido a todos los objetos que hacía trizas con golpes, hasta que finalmente se tumbaba en su cama para dejar que se le escaparan las lágrimas sobre su almohada.
–Te amo.
Ella se inclinó más cerca para besarlo, cogió con las manos el borde de su camiseta negra y empezó a tirar de esta hacia arriba lentamente mientras sus bocas se encontraban. Sintió cuando Cole bajaba sus manos desde su cintura hasta el botón de su pantalón.

Amenazadoramente, Nike desnudó sus peligrosos colmillos, cada instinto suyo lo alentaba a atacar. Anker se puso delante de él, cubriéndolo tras su cuerpo de manera protectora.
–Somos La Hermandad de los Cuervos Blancos –uno de los enmascarados se adelantó para hablar–, somos libertadores de Guerreros de Sangre. No les haremos daño, a menos que rechacen unirse a nosotros.
–¿Libertadores? –Nike gruñó–. ¿Acaso parezco preso o algo?
–No lo pareces, lo estás.
Nike apartó a su hermano a un lado para enfrentarse cara a cara con el vocero del grupo de traicioneros.
–¿A qué te refieres?
–El Timeus los utiliza a todos ustedes. No sé quién fue el que le dio el poder de creerse dueño de nuestros destinos, de nuestras identidades.
–Al diablo contigo, el Timeus no nos ha lastimado jamás. Estando a su servicio hacemos el bien y él sabe recompensarnos con poder, no veo por qué está mal lo que hace. ¿Qué es lo que pretenden con rebelarse? ¿Hacer un imperio del mal?
–No se trata del bien o el mal. Se trata de ser libres para ser lo que somos. Vampiros, asesinos. Para eso hemos nacido, ¿quién es este tipo para cambiarnos y limitarnos? Por otro lado, ¿el Timeus no nos ha lastimado jamás? Querrás decir que a ti no te ha lastimado jamás. Todas sus amenazas han sido cumplidas, Nike.
Sorprendido de que este vampiro supiera su nombre, Nike cruzó los brazos sobre su pecho.
–¿Qué significa eso?
–Cuando el Timeus habla sobre matar a quien desobedezca las reglas, lo dice en serio. ¿Recuerdas a ese chico que dejó que su novia vampiro supiera lo que hacemos en la sociedad y se negó a borrar su memoria? ¿Dónde crees que está él ahora? ¿De vacaciones por París?
Él no dijo nada, sus ojos azules se estrecharon.
–Pues no, el Timeus lo asesinó. ¿Recuerdas a ese otro chico que estaba bebiendo de su víctima después de salvarle la vida y accidentalmente la mató? ¿Lo recuerdas? –el gemelo asintió–. ¿Qué crees que sucedió con él?
Nike se encogió de hombros, sin responder.
–Ese chico soy yo –declaró el joven de la máscara de cuervo–. Toda mi familia está muerta ahora.
Un escalofrío recorrió la espalda de Nike.
–Mira, cuervo, no dejaré La Sociedad de los Guerreros de Sangre para unirme a una tonta hermandad en la que tampoco seré libre. Puedes decir lo que quieras, pero no soy estúpido, estaré bajo sus órdenes, realmente dudo que ustedes vayan a ser más indulgentes si sus leyes son desobedecidas. Me matarán de todas formas. Estoy bien aquí, gracias.
–Suenas como un mediocre humano –el tipo le insultó–. La humanidad se niega a ser libre, porque así tienen a alguien para culpar por sus acciones. Eso eres tú ahora, un ignorante, un prisionero que quiere seguir estando bajo sumisión, uno que se conforma con las sombras de una caverna por miedo a conocer lo que hay en el exterior.
Mito de la caverna de Platón.
–Sé lo que hay en el exterior –reveló Nike calmadamente, una sonrisa lenta y demoniaca se extendía en sus labios–. Sol.
–Tienes razón –el otro contestó–. Es la realidad vista bajo la luz. ¿No es mejor salir de la negrura?
Nike resopló, un gesto irónico estaba en toda su cara.
–Hombre, soy un vampiro. Nací para la noche, las tinieblas me pertenecen. ¿Intentas usar a Platón en mi contra? Fallaste. Al parecer, tanta luz te ha quemado los ojos.
–Salgamos de aquí, hermano –Anker le dijo entre dientes. Él casi había olvidado que su hermano menor estaba en la misma habitación.
Los dos se prepararon para marcharse, pero el grupo de Cuervos Blancos les cerró el paso.
–Parece que has hecho una decisión, guerrero –departió el cabecilla de la hermandad, poniéndose bruscamente delante de él, situando su mano extendida sobre su pecho.
–Sí, cabrón. Ahora si me disculpas, me largo.
Nike cogió la muñeca del tipo y la retorció, doblándole el brazo hasta que gritó de dolor. Anker estaba atento a todo, a cada movimiento, Nike podía sentirlo tirando de la parte trasera de su cazadora. Lo ignoró.
–¡Nike, vámonos! –clamó su hermano en un tono de urgencia.
No lo sintió venir, un repentino dolor infernal lo hizo perder el aliento y doblarse hacia adelante. Cayó de rodillas, probó la sangre que subió por su garganta mientras algo caliente se escurría por su espalda.
En las instalaciones del castillo de Zukunft se prohibía la utilización de armas de plata y estacas de madera, con la finalidad de que los guerreros no se mataran los unos a los otros. Esa era otra de las reglas que acababan de infringir los Cuervos Blancos. Nike acababa de ser estacado en la espalda, en el lugar preciso donde su corazón palpitaba.

Jadeando, Jerom colocó a Larissa acostada en los asientos delanteros de su automóvil antiguo. Él se sentó también e hizo reposar la cabeza de Larissa sobre su regazo. Acababa de matar a docenas de Vanthes él mismo, solo, con sus propias manos. Manos llameantes.
–Larissa, no te duermas, mantente despierta, por favor –le habló con suavidad, su voz estaba teñida de preocupación. Si él pudiera otorgarle sus poderes de curación en este instante, lo haría.
Ella luchó para continuar escuchándolo.
–Hay... píldoras en mi guantera –gimió.
–Drogas, Larissa, son drogas –Jerom objetó.
–¿Qué importa? De todas formas calman mi dolor.
Resignado, Jerom buscó algunas píldoras para dárselas.
–Puede que te quiten el dolor, pero estarás herida de todas formas –le gruñó.
Una de sus manos se estacionó sobre un costado de su torso, examinando con delicadeza sus costillas rotas. Ella no pudo evitar lloriquear, notó el modo en que la cara de Jerom empalidecía.
–Diablos, no soy un experto en medicina, ni siquiera sé como ponerme una venda, pero he tocado antes a otras chicas y sus costillas no se sienten así. Creo que estás empeorando. ¿Me dejas...
Larissa tragó los medicamentos con dificultad mientras los dedos de Jerom levantaban un pequeño borde de su camiseta, haciéndola cambiar de color.
–¿Qué haces? –lo detuvo, atrapando su mano.
–Quiero ver que no estés desangrándote internamente.
–¿Sí? ¿A cuántas chicas has desvestido con esa excusa?
Jerom intentó evitar reírse.
–A ninguna, yo normalmente les doy una de mis miradas sensuales y ellas ya están desnudándose.
Larissa no se rió con esto, en su lugar permaneció callada, al igual que Jerom, ambos se miraban a la cara. Ella estaba zambulléndose en esos abismales ojos grises. Ahora sabía lo que significaba una de sus miradas sensuales. Cada vez que lo miraba, una extraña fuerza la absorbía, la envolvía con una poderosa atracción sobrenatural, incapaz de ser controlada por cualquier mortal.
Efecto vampírico, eso tenía que ser.
–Jerom –ella cortó el silencio.
–¿Sí? –él había dejado de mirarla, esos avasalladores ojos reflejaban la negrura del cielo y se volvían plateados con la luz de la luna.
–¿Cómo dejas inconsciente a un vampiro?
La miró con curiosidad.
–¿Por qué? ¿Quieres noquearme? –se frotó la barbilla con los dedos–. Si entierras una estaca de madera en mi corazón, eso probablemente me deje muy muerto. No es un mito, la única forma de salvarme de esa, es que saques la estaca en un periodo corto de tiempo. La plata me hace daño, una bala, o una cortada en el lugar preciso, y podría pasar al otro mundo. O si quieres algo más sádico, quémame vivo.
–Pregunté sobre dejar inconsciente, no asesinar. ¿Sabes la diferencia?
Ella empezó a sentirse aturdida por las drogas, su visión hacía acercamientos y enfoques distorsionados.
–Muérdeme –él dijo.
–¿Qué?
–Si quieres dejarme inconsciente, muérdeme hasta que pierda la suficiente sangre. Pero no puedes, no eres yo.
Larissa soltó un bufido.
–Puedo morder.
–Mierda –prorrumpió. Él estaba observando su estómago. Disimuladamente, había deslizado el dobladillo de su blusa hacia arriba cuando ella estaba distraída en su mirada–. Larissa, tengo que llevarte a un hospital.
–¡No! –la humana protestó–. Seré anestesiada y tú borrarás mi memoria. No me gusta no saber la verdad.
–Borraré tu memoria de todas formas.
–No puedes. ¡No tienes derecho a hacer eso!
–Sí lo tengo, soy un vampiro y tú sabes demasiado.
–No me importa lo que me hagas, te recordé una vez, volveré a hacerlo.
–No si soy más cuidadoso esta vez.
Larissa se obligó a sentarse, terminó de rodillas junto a él, con sus grandes ojos negros mirándolo de forma suplicante.
–Por favor, no lo hagas. Yo... –una vacilación zanjó el hilo de su voz–. Yo no quiero olvidarte, Jerom, por favor.
Él estaba muy quieto, su mirada seria. Sacudió la cabeza.
–Tengo que hacerlo.
Ella atrapó sus hombros.
–Bien, si vas a borrar mis recuerdos, entonces no te importaría contarme todos tus secretos, ¿verdad? –se acomodó, sentada con la piernas cruzadas–. Dime tu segundo nombre, por ejemplo.
Jerom estaba empezando a meditarlo cuando la respuesta se le escapó de los labios.
–Ni siquiera me llamo Jerom.
–¿Ah no?
–No, nací con el nombre de mi padre, Joseph Blade, pero este fue cambiado cuando fui reclutado en la sociedad.
–Joseph –ella pronunció su nombre con incredulidad–. Es bonito. ¿Desde cuándo haces esto...?
–Hace casi seis meses este anillo apareció en mi dedo.
Le mostró la piedra de jaspe, ella la examinó detenidamente. Apresuradamente, pateó la guantera de su automóvil con un pie hasta que esta se abrió.
Había varias cámaras fotográficas ahí, una de las antiguas, de esas que imprimían fotografías de manera instantánea en un recuadro negro con un marco blanco. También estaba su cámara digital, con un gran lente que le había costado muchos meses de salario, había varios cigarrillos de sabores, un lápiz labial del tono de sus labios, los papeles del auto, servilletas limpias y un montón de marcadores de colores.
Cogió la cámara antigua e hizo un encuadre de Jerom. Larissa sabía muy bien lo que hacía, una de sus mayores pasiones era la fotografía. Era un arte el modo en que estas atrapaban la esencia de las cosas para luego transmitirlas.
–Si te tomo una fotografía, ¿estarás ahí?
–No seas tonta, ¿por qué otra cosa grabarían mis conciertos?
Un flash se disparó y la fotografía salió expulsada. En negro, obviamente. Ella la agitó hasta que la imagen comenzó a aparecer, tal como si fuese magia.
–Wow –Jerom se sorprendió al ver el modo en que la imagen de él mismo se formaba lentamente en la lámina negra–. Había visto esto solamente en películas antiguas, es impresionante.
Ahí estaba, Jerom sí aparecía en fotografías. Lucía hermoso, mortalmente hermoso. Sus ojos tenían un brillo prodigioso entre los resplandores de la noche, su boca lucía perfectamente delineada y suculenta, su expresión era temible y dulce al mismo tiempo, el cabello le caía en los ojos y daba la sensación de que volaba en el viento.
Ella disparó una segunda foto.
–¡Oye! –él se quejó.
En esta fotografía lucía un hermoso perfil y una adorable expresión, había sido capturado mientras hablaba, su boca estaba entreabierta y la punta de su lengua rozaba su labio superior. Las pupilas de Larissa se hicieron más grandes cuando estacionó su ávida mirada en cada una de las fotografías.
Jerom se movió hacia adelante para coger la segunda cámara fotográfica. Cuando lo hizo, su torso rozó el de ella, sus cajas torácicas hicieron una leve fricción que le envió una oleada de electricidad a través del cuerpo. Los dos se alejaron velozmente, él siseó, tal como si hubiese sentido lo mismo.
Larissa descubrió que no era la única que sabía tomar fotografías. Jerom era un experto con su cámara digital profesional. Ajustó el enfoque del lente como un especialista y movió manualmente la velocidad del obturador de modo que se adaptara a la abertura del diafragma para dejar entrar más luz en el ambiente nocturno. Se tomó un segundo para poner a Larissa dentro del encuadre apaisado y presionó el botón.
–Déjame verla –Larissa exigió, estirando una mano hacia su cámara.
Una pícara sonrisa se dibujó en los labios de Jerom al tiempo que él escondía la cámara tras su espalda.
–No –dijo juguetonamente.
Ella se cruzó de brazos con enfado.
–¿Por qué?
–Tú siempre preguntas por qué.
–Dame eso.
Ella se lanzó hacia adelante y rodeó a Jerom entre sus brazos al tratar de obtener el artefacto oculto en su espalda. Una de sus rodillas estaba apoyada en el asiento entre sus piernas, su peso lo estaba aplastando un poco más a cada segundo en el que ella se recostaba hacia adelante. Siguió el largo de sus brazos, recorrió las líneas de sus músculos con sus manos y se detuvo en una de sus muñecas, la cual rodeó firmemente con sus dedos.
–Suelta la cámara –balbuceó, expulsando el aliento sobre su barbilla.
Él se estaba riendo de modo travieso.
–Mano equivocada, preciosa.
Sacó esa mano de su espalda y le mostró la palma vacía antes de envolverle la cintura, apretujándola más cerca de su masculino cuerpo delicioso. Ella sintió cada parte dura de ese cuerpo debajo del suyo propio, cada músculo rígido contra ella: abdominales, piernas y brazos. Sus jeans estaban frotándose, al igual que esas minúsculas áreas desnudas de su piel, ahí donde las camisas de ambos estaban ligeramente levantadas y sus vientres se encontraban, en sus brazos, los cuales tenía firmemente aferrados, en su cuello, que ella casi acariciaba con su mentón.
Larissa sintió el modo en que la temperatura de su cuerpo se elevaba de manera alarmante al mismo tiempo que su corazón se dilataba y se contraía a un ritmo peligrosamente veloz.
No podía creerse que estuviera así de cerca de un vampiro. Uno con atroces colmillos tajantes y cuerpo de súper modelo. No podía ser legal que una criatura tan letal fuese tan atractiva. Nuevamente su pecho estaba vibrando internamente debido a la exuberante urgencia de sus latidos.
Finalmente logró alcanzar su segunda mano, entrelazando sus dedos juntos, hasta que le arrebató la cámara. Se alejó, intentando esconder el vergonzoso sonido de su entrecortada respiración.
Contempló la fotografía, que mostraba un ángulo frontal en un plano recortado desde su pecho hasta sus labios. Lo que él había querido capturar era su cuello pálido, esbelto, alargado, delgado y femenino. Contra la luz de la luna, una vena azul sobresalía bajo su piel plateada, sus labios parecían más rojos que siempre.
–¿Te asusta que me sienta atraído por tu cuello? –masculló Jerom en voz baja antes de estirar un brazo y colocar dos de sus dedos encima de esa palpitante vena azul.
Él masajeó su piel de forma sutil, arrastrando las puntas de sus dedos desde su mandíbula hasta su clavícula. Ella se estremeció, las partes innombrables de su cuerpo palpitaron. Ese pequeñísimo contacto la hizo querer gritar de júbilo, nunca había sentido nada semejante.
Distraídamente, se retiró hacia atrás para coger uno de los marcadores en el cajón.
–¿Cuál es tu color favorito? –interpeló antes de escoger uno.
–Rojo –soltó Jerom sin vacilar por un segundo.
Larissa tenía una idea de por qué le gustaba ese color, tomó el marcador rojo, le removió la tapa y garabateó dos palabras encima de la fotografía impresa de Jerom.
Joseph Blade.
–¿Cuál es tu color favorito? –el vampiro contratacó.
–Púrpura –Larissa respondió.
Jerom se movió raudamente para tomar el marcador púrpura, le agarró un brazo y comenzó a escribir palabras en la cara interna del mismo, donde sus delgadas venas violetas eran visibles por debajo de su piel.
Ella sintió cosquillas mientras la punta del marcador manchaba su piel de palabras. Eran palabras en una extraña lengua, letras de otro alfabeto.
–¿Qué es lo que dice? –Larissa curioseó.
Jerom levantó la mirada hacia sus ojos.
Soy yo, el que baila con los muertos –le tradujo–. Los etruscos aseguran que el dios de la muerte dice eso antes de llevarse un alma al infierno.
Larissa sonrió, acercándose un poco más a Jerom.
–¿Sabes la letra de 'Love Is Strong'?
–¿De los Rolling Stones? –ella asintió en respuesta–. Por supuesto.
–La quiero tatuada justo aquí.
Ella señaló provocativamente su cuello con un dedo, Jerom se aclaró la garganta y se inclinó para escribir la canción encima de esa deseable garganta. Se obligó a dejar de respirar.
Love is strong
And you're so sweet.
You make me hard
You make me weak…
Al terminar varias líneas, se enderezó, sujetó con una mano el rostro de Larissa y le pintó unos bigotes de improviso. Ella chilló, limpiándose con el dorso de su mano.
–¡Jerom, eres un imbécil!
Larissa cerró su marcador rojo en un puño e hizo rayas al azar por toda la cara del vampiro.
–¡Hey!
Ambos soltaron carcajadas mientras continuaban atacándose, no con un solo color, sino con muchos. Larissa le puso un arcoíris en la mejilla a Jerom, él dibujó caritas felices a lo largo de su brazo, sobre sus hombros, ocasionándole escalofríos por la tinta mojada y gélida.
–¡Detente, me haces cosquillas!
–¿Sí? –Jerom interrogó con una sonrisa diabólica en los labios–. ¿Esto te causa cosquillas? –pasó la punta del marcador por detrás de su oreja. Ella tembló.
Los dos terminaron de reírse, recuperando el aliento gradualmente. Larissa notó el modo en que el pecho del vampiro se expandía y se hundía con cada respiración. Nadie dijo nada durante largos segundos, la ciudad estaba emitiendo sus sonidos nocturnos, un bullicio que no dejaba de zumbar, agua corriendo dentro de las alcantarillas, ratas hurgando en las bolsas de basura, gatos saltando de los tejados, un silbido muerto del viento.
–¿A qué le tienes miedo, vampiro? –ella exhaló.
–A nada –Jerom contestó en un tono peligroso.
–Mentiroso.
En realidad había algo a lo que le temía.
–Bien, no soportaría que le hicieran daño a mi familia.
Larissa se sintió conmovida de inmediato, su cara se calentó y sus ojos amenazaron con volverse cristalinos. Después de perder a su única familia, sabía lo que se sentía. En su mente, se forzó a apartar las imágenes de su hermano que la volverían vulnerable.
–Siempre quise preguntarte –la voz de Jerom la sacó de sus pensamientos–, ¿quién era ese tipo?
–¿Cuál?
–Ya sabes, al que llamaste cuando estábamos detenidos en la comisaría.
Lentamente, una sonrisa pícara se bosquejó en el rostro de Larissa.
–¿Celoso?
–¡JA! El mundo se acabaría antes de que Joseph Blade sienta celos, pequeña.
Ella alzó una ceja.
–Como digas –dijo–. No tienes que estar celoso, pequeño. ¿Te confieso algo? No llamé a nadie, fingí.
–¿Por qué ibas a hacer eso?
–Para ponerte celoso.
–No funcionó.
–Sí lo hizo.
–No.
–Sí.
–No.
–Sí –Larissa se volvió a toda velocidad y le cubrió la boca con una mano–. He ganado.
Ella se inclinó, besó su mejilla fugazmente y se retiró con timidez. Sintió su rostro enardecer, sus venas ensanchándose para mostrar el vergonzoso enrojecimiento en sus mejillas. Al menos no era la única que estaba sonrojada.
–Dijiste que sabías bailar –le recordó–. Nunca me lo demostraste.
Se impulsó hacia adelante y encendió el estéreo. Ahí estaba su canción favorita sonando: 'Hey Jude' de los Beatles.
–No puedo bailar eso –él protestó–. Es demasiado...
–¿Lento?
Él asintió.
–Si vas a escuchar gente muerta, prefiero a Michael Jackson o Elvis.
Larissa saltó desde el interior del auto por encima del vidrio parabrisas hasta aterrizar sobre la cubierta metálica delantera. Le ofreció una mano a Jerom, quien la siguió con un salto perfectamente equilibrado.
Ella le colocó una mano sobre el hombro, él le rodeó la cintura con un brazo, acercándola hasta que su pecho se aplastó contra los suyos. Cuando Jerom le aferró su mano libre, el estómago de Larissa revoloteó, su corazón iba tan rápido que le provocaba un incómodo hormigueo en el pecho.
Los dos se movieron con lentitud bajo la luna, escuchando la rítmica melodía de la canción. Él no hacía ni un solo movimiento torpe, sus pies ni siquiera tropezaban mientras la guiaban, haciendo giros y complicados pasos. Larissa siempre pensó que era buena bailarina, pero justo en este instante se sentía torpe, como si sus rodillas se hubieran vuelto de papel.
El rostro de Jerom estaba impávido, iluminado por las multicolores luces de la ciudad, pero sus ojos tenían un extraño reflejo, de repente no eran grises. Eran rojos.
–Tus ojos... –la voz de Larissa vibró.
–Lo sé –él dijo con expresión impasible.
Con sus botas le dio un golpe ligero a sus tobillos, la obligó a inclinarse horizontalmente mientras sostenía con una mano la parte media de su espalda y con la otra se aferraba de sus dedos. Poco a poco comenzó a recostarla hasta que la dejó caer. Su columna vertebral golpeó contra la superficie de lata del auto, solo que apenas lo sintió debido a los analgésicos que adormecían sus músculos. Jerom se acuclilló en una rodilla, encerrándola entre sus piernas.
Sus colmillos estaban fuera, completamente desnudos igual que dos mortíferas cuchillas despuntando de su boca. Despacio, la aplastó con su cuerpo y hundió el rostro en su cuello. El peso de ambos los hizo deslizarse más abajo sobre el vehículo. El vampiro logró reposar sus pies en el suelo, la sostuvo contra el borde del automóvil, metiéndose entre sus piernas para estar más cerca de su cuerpo, las luces delanteras irradiaban destellos a su alrededor.
El metal del parachoques se sentía frío contra el trozo de piel desnuda de Larissa en la parte baja de su espalda, donde su blusa se había levantado al resbalar sobre el capó. Ella inhaló audiblemente una bocanada de aire.
–Jerom –murmuró de manera temblorosa–. Me prometiste que no volverías a morderme.
El siguiente segundo de silencio fue un infierno para Larissa.
–Parece que mentí.
Los incisivos caninos de Jerom comenzaron a perforar su piel cuando ella le pasó una mano por la espalda, deslizándola hacia abajo hasta detenerse en la cinturilla de sus vaqueros, donde consiguió un alargado cuchillo, el cual sostuvo en lo alto.
–Parece que yo también –gruñó de manera desafiante.
Su mano descendió bruscamente con el arma bien afianzada en sus dedos.

33 comentarios:

Anónimo dijo...

QUE PERFECCIÓN.

ESTOS CAPÍTULOS ME HAN MATADO, QUE GENIAL STEPH.
ME PARECE UNA IDEA GENIAL, ESTÁ SÚPER INTERESANTE, OBVIAMENTE DESEO QUE LA SIGAS.


Pd: realmente siento que ya perdí el concurso, yo le he hablado a mis amigas de tus historias, desde que se estreno tentación, y nunca me hicieron caso. hjklñljh :c
pero igual me siento genial leyendo tu historia, no puedo pedir más.

atte: terelú. ;}
abrazos xxxxx.

Betty dijo...

Aplausos para Larissa, si me paro para aplaudirla, es una genia la piba, se mete en problemas hasta cuando respira pero me gusta su personalidad.
Dios, tengo tantas cosas que comentar y tanto sueño (recién vengo del cole y no hice mi siesta reglamentaria :P) que la voy a hacer corto el comentario.
Awww... que lindo Cole reviviendo tiempo amorosos Heather, es hermosa esa pareja, espero que con el tiempo se enamoren el uno para el otro ♥ Ya me imagino como termina todo esto en la furgoneta, con letritas rojas :O
Sociedad de Guerreros de Sangre, es lo que menos me esperaba aunque siempre vos me sorprendes :) No se que pensar al respecto de esto, no se si son buenos o malos, porque lo que proponen no esta mal, cuando explico lo que eran me imagine a Jerom y Larissa viviendo juntos ?)
Me mato, Nike y Anker peliando y el hermano pasando un buen momento con Larissa aunque hay que felicitarlo ya que se lo merece al darle una patada en el culo a todos los Vanthes el solito.
OMFG!!! Larissa "sabe" parte de la verdad, que son vampiros!! Pero le va a lavar la cabeza otra vez, solo que en esta va a tener la foto de Jerom, cuando lo veo va a pensar que es un modelo de Playboy ?) JAJAJAJA.
Bueno, como siempre te digo, me encantaron los dos capítulos, espero que tengas muchos comentarios. GRACIAS POR EL MARATÓN :D Besos y cuídate.

Anónimo dijo...

Noooooooo
nooooooooooo puede matarlo o lastimarlo.
si lo hace la mato

Anónimo dijo...

Hola el maraton estupendo me encanto.
Jerom es hermoso pero no la hace que quiera salir con larissa.
Pobre nike le gusta larissa y su hermano quedara co ella.
Anker bello hermoso espero que no le hagan daño.
La verdad esta novela cada vez me encanta mas.

Anónimo dijo...

me encanta estA EXCELENTE el maraton es emocionante leer lo q haces c: bueno eso cuidate y continua la novela esta excelente :D

Deen dijo...

Fue genial, ame el maratón, de verdad estuvo lleno de acción y de todo, increible Stephany, cada día mejor por mas difícil de creer que sea eso,
Espero verte pronto de nuevoooooooo!
siento el comentario tan breve

Anónimo dijo...

Estuvo muy bueno me encanto. Tu forma de escribir es unica.

Anónimo dijo...

Ya quiero leer que pasara

Anónimo dijo...

Siguela

Sophie dijo...

Por donde comenzar. La verdad es que esta novela se pone cada vez mejor. No quiero pensar que Nike y Jerom van a pelear en un futuro por Larissa. y no quiero pensar que ella puede que termine enamorada de los dos. Pero en este caso creo que ella terminara enamorada de Jerom y le rompera el corazon a Nike. Tambien Anker esta aqui por lo que ya quiero ver cuando se conoscan y el tambien termine enamorado de ella. Steph tu cerebro es magnifico. Tus novelas hacen que las odie y las ame a la misma vez. Espero poder continuar leyendo de tus novelas por muchos años mas. De aqui a un par de años mas vere tus libros en mi pais y dire "Oh yo lei esa historia en sus comienzos y va a pasar esto" Recordare que todos tus protagonistas masculinos eran sexys. Me gustaria leer tu novela Tu, yo y el, claro si se puede.
Sabes me alegro un millon haber entrado en este blog. Nunca pense que alguien pudiera escribir estupendamente. Felicidades. Leer tus novelas me distraen mucho y siempre me hacen reir, enojar y gritar. Mi historia favorita siempre a sido la historia de amor de Miranda y Collin, aunque ahora la chica es Heather, pero sigue siendo Miranda. Bueno me voy adios.

Anónimo dijo...

En blog se consiguen una de cosas. Me encanto el capitulo. Tu novela es excelente.

Anónimo dijo...

siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela

Anónimo dijo...

MUy buen capitulo.

Anónimo dijo...

creo que me he enamorado de Jerom, Nike y Anker.

Azul dijo...

Oye una pregunta, cuando estabas escribieno Obsession ya estabas pensando escribir zukunft?? o incluso cuando terminastes de escribir Seducion y agregastes cuandoo ella queda embarazada ya planeabas escribir esta??? lo mismo pregunto de cuando escribistes tentacion y tiene una pequeña aparicion de damien y ania ya planeabas a escribir la historia de ellos. Es que me resulta estupendo la conecion de tus novelas.

Anónimo dijo...

Ok estoy facinada con tus novelas. Me encantan. El capitulo me encanto.

Anónimo dijo...

Se puede pedir algo mejor. El maraton me encanto. La verdad que tus novelas me facinan. Felicidades por tu gran talento.

Anónimo dijo...

siguela siguela

Anónimo dijo...

Gran capitulo. Jerom, Nike y Anker han robado mi corazon.

Anónimo dijo...

Amo tus novelas.

Wilmeliz dijo...

He estado leyendo tu novela, pero no he comentado lo cual me hace una lectora inresponsable. Bueno tengo mucho que decir pero se que terminare escribiendo nada.
1. Totalmente enamorada de Nike, pero con un crush con su hermano Anker.
2. Su hermano Jerom me resulta tierno.
3. Colin y Heather me gusta esa pareja. Miranda era un personaje que si no salia se estrañaba.
4. Ok estoy comenzando a odiar a Larissa mas le vale que no le haga daño a jerom y ni a nike.
5. quien rayos es el tipo de blanco? Estoy comenzando a creer que no es Eustace.
6. Vaya nunca pense que los vanthes gobernarian la tierra.
7. Cuando escribias cementerios para tramposos y los huesos de charlotte ya planeabas escribir que esa raza de levies estuvieran cazi extintas?
8. Porque nos torturas con tus novelas.
9. La verdad ya dije que amo a Nike.
10. Muchas felicidades por tan estupendas historias.
11. Estoy recomendando este blog a todas las personas que encuentro. Hasta planeo hacer un boletin y pegarlo en la escuela en la biblioteca para que a esos que les gusta leer comenten.
12. Me despido.

Anónimo dijo...

SIGUELAAA!! tienes el terrible don de escribir algo y dejar a las personas deseando mas.. siguela plis<3

Anónimo dijo...

Vaya ya quiero que sea lunes

Anónimo dijo...

Suiguela que vaga soy para escribir.

Anónimo dijo...

Tus novelas me vuelven locas. Las amo un montón. Tu don de escribir es impresionante

Anónimo dijo...

Tu novela me encanto. De verdad escribes estupendo. Como sabes que una novela tuya puede tener una continuacion?? Tu ya planeabas convertirlas en saga?

Eunicess dijo...

hey girl, hola estoy por aqui para comentar este estupendo maraton. Me ha encantado el capitulo. La verdad que escribes estupendo. nike que hare con el, y anker dios creo que lo amo es hermoso quiero que saga mas.

Anónimo dijo...

Holaaaaaaaaaaa ame el maraton siguelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

Anónimo dijo...

Me encanta, me encanta, me encanta!!!!!! Amo leer sobre Larissa Jerom y Nike, pero admito que quiero algo de Jerrity!!! Pero los quiero juntos y felices porque si me das para que me deprima entonces no. Una pregunta: Cuántos capítulos va a tener esta novela? (aprox) y después de esta hay una continuación o con esta se termina y empiezas nueva saga? baahh esta es una nueva pero en fin va a ver una secuela?? Seguí escribiendo.
Besos

MH

Anónimo dijo...

El maratón estupendo no me decepciono.

Anónimo dijo...

STEEEEEEEEEEEEPHHHHH! Sorry que me habia desaparecido :c lo que pasa es que mi computadora MURIO, haha pero naa era una tonteria y ya al fin la arreglaron... Y PUEDO VOLVER A COMENTAR.. tarde pero seguro haha sknsknd! EXCELENTE MARAATONNNNNN :') En serio.. Cole y miranda.. POR QUE SI ES MIRANDA.. Demasiado tierno :') sdjkndkd Ya quiero seguir Leyendo los Otros Capitulos! Como cuantos capitulos tendra ZUKUNFT? Ya descargue los Libros de PLL, espero pronto leerlos! GRACIASSSSSS por la recomendacion... Love, Valen

Valen Biggestsmile dijo...

STEEEEEEEEEEEEPHHHHH! Sorry que me habia desaparecido :c lo que pasa es que mi computadora MURIO, haha pero naa era una tonteria y ya al fin la arreglaron... Y PUEDO VOLVER A COMENTAR.. tarde pero seguro haha sknsknd! EXCELENTE MARAATONNNNNN :') En serio.. Cole y miranda.. POR QUE SI ES MIRANDA.. Demasiado tierno :') sdjkndkd Ya quiero seguir Leyendo los Otros Capitulos! Como cuantos capitulos tendra ZUKUNFT? Ya descargue los Libros de PLL, espero pronto leerlos! GRACIASSSSSS por la recomendacion...Le he recomendado el libro a muchas amigas, que aman leer ya han descargado varios.. y creo que aman mucho a damien hahahaha no dejan de hablar de el :c ESTOY ENAMORADA DE JEROM Y NIKE.. mee voy haha okno Love, Valen

ChicaAnonima:) dijo...

MY GOD NO HABIA LEIDO ESTE CAPITULO Y ESTA REEEBUENO PUES AL PARESER ME PERDI MUCHO EN EL TIEMPO QUE NO ESTUVE AQUI ESTOY LEYENDO DESDE CEMENTERIO PARA TRAMPOSOS QUE YA TERMINE DE LEERLA ASTA AHORA Y YA VOY EN ESTE CAPITULO DE ESTA NOVELA TE JURO QUE ES ESTUPENDA LA MEJOR QUE E LEIDO EN TODA MI VIDA ES PRESIOSA BUENO ME VOY ADIOS LINDA SEE YA SOON

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