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martes, 16 de octubre de 2012

Capítulo 11: El Ángel de las Aguas




Capítulo 11: El Ángel de las Aguas

Ania corrió hacia aquella galería para Leives, que era el único sitio donde ellos podían dibujar portales sin que luego desaparecieran. Empujó la puerta con un pie, solo para encontrar el lugar cabalmente vacío, al menos la cámara principal. Tomó los pasillos próximos de forma irresoluta, dando zancadas medrosas.
Incluso el techo de la galería estaba atestado de pinturas que resultaban espeluznantes y sublimes a la vez. Ella escuchó pasos lejanos y risas masculinas, que fueron amortiguadas fortuitamente por el silbido del viento, que parecía haberlas arrastrado.
Estaba tan oscuro que tuvo que encender su linterna. Al hacerlo, descubrió a algunas ratas e insectos huyendo de la irradiación del reflector y saltando a través de los agujeros altos en el concreto de las paredes, los cuales funcionaban como ventanas.
–¡Damien! –vociferó–. ¡Sal de donde estés! –continuó caminando, aunque le parecía estar dando vueltas sin retorno–. ¿Damien? –bajó la voz casi a un susurro–. ¿Dónde estás, idiota?
Cuando estaba lista para marcharse, segura de que Damien no se hallaba en ningún rincón del lugar, alguien jaló su brazo. Gritó, pero fue acallada por una gran mano encima de su boca. Pateó para zafarse, pero los brazos más fuertes que jamás hubiera conocido, se cerraron en torno a su cuerpo.
Fue entonces cuando se relajó, al sentir ese familiar latido de un corazón contra su espalda. Conocía perfectamente la eufonía de cada palpitación de este chico. Su pecho se expandía y contraía al compás de su respiración pesada mientras trataba con todas sus fuerzas de recuperar el aliento, su propio pulso había triplicado su velocidad. Había estado absolutamente asustada.
–Idiota –repitió Damien contra su oído–. Ese es mi apodo favorito, después de "papacito" y "el chico ardiente de la Harley".
En otras circunstancias, Ania habría reído, en este instante, sus piernas todavía tiritaban y estaba irascible. Damien la soltó, ella giró para enfrentarlo con el rostro enrojecido.
–¡Devuélvemelo, idiota! –rezongó con histeria. Abrió una mano para recibir lo que sea que estaba pidiendo.
Él arqueó ambas cejas, mostrándose inocente.
–A ver, ¿qué cosa quieres que te devuelva, mi ángel?
Ania lo empujó con un golpe, la rabia la estaba devorando. Él permaneció inmutable.
–¡No te hagas el tonto! ¡Dame mi ángel!
Una risa macabra salió de su garganta.
–Sabía que vendrías por él.
Ania volvió a aporrearlo en el pecho.
–¡Ladrón! ¡Eso eres, un cretino ladrón!
Él se encogió de hombros.
–Eso no me insulta, mientras pueda seguir robándote los besos que me debes, seguiré siendo un ladrón.
Bruscamente, le atrapó la cara con una mano y la besó a la fuerza. Sus dientes la mordieron apasionadamente, sus labios se movieron sin piedad sobre los de ella, sus mordidas engancharon su barbilla, sus lenguas se encontraban con calurosos, húmedos y efímeros toques.
El beso fue interrumpido por un sonido ahogado que salió de su garganta, uno que lo animaba a continuar abusando de su boca y a estacionar sus manos en esos lugares intrínsecos de su cuerpo. Damien se apartó, todavía sosteniendo su rostro con una mano.
–¿Qué fue eso? –interrogó en tono malintencionado.
–¿Qué cosa? –Ania dijo sonrosada.
–Ese excitante sonido que salió de ti –él sonrió con complacencia–. ¿Y acaso no me estabas devolviendo el beso? Porque a mí me pareció que sí.
Las mejillas de Ania adquirieron un vigoroso tono encendido.
–No es cierto.
Sí lo era, pero no iba a admitirlo.
–Es cierto –el habló tan cerca de sus labios que estos estaban rozándose, para su mayor tormento.
–Damien, dame mi ángel.
Su mirada lo fulminó.
–¿Esto? –D alcanzó en su bolsillo el colgante con su collar y lo enredó entre sus dedos, escudriñándolo como si no supiera lo que era–. ¿Por qué quieres esta baratija?
Ella se lanzó hacia adelante para arrancárselo de las manos, Damien elevó su brazo sobre su cabeza.
–¡Hey! Buen intento. Pero no te lo devolveré así de fácil.
Ella gruñó.
–¿Qué quieres que haga?
Él levantó astutamente su ceja ante esa pregunta. Muchas cosas, era la respuesta que estaba en su mente, Ania lo notó y estrechó sus ojos.
–Repite después de mí –él esperó un segundo a que ella lo captara–. Damien...
–Damien –Ania empezó.
Te amo y quiero volver contigo.
–Te... ¡oye!
Una vez más, le dio un puñetazo en las costillas. Damien fingió que le dolía mucho, ella saltó para arrebatarle el colgante, pero Damien era demasiado alto y fuerte, nunca lograría quitárselo.
–Todavía no me respondes, ¿por qué quieres esta cosa tan pasada de moda? ¿Plata? Nadie usa eso, nena.
–¿Qué eres? ¿Mi estilista? Eso no te importa.
Damien puso el colgante más lejos, cerrándolo en su puño apretado.
–¿Por qué, Ania?
Lagrimas picaban en sus ojos cuando trató de responder tras un largo silencio.
–Porque tú me lo diste. ¿Acaso no lo sabes? Siempre quieres hacerlo todo difícil.
Taciturno, D le devolvió el ángel. Cuando ella intentó ponérselo por sí misma, la rodeó para ubicarse detrás.
–Deja que te ayude.
Con cuidado, le retiró el cabello de los hombros hacia un lado. Ania pudo sentir las puntas de sus dedos tocando suavemente su piel, la plata fría de la cadena contra su nuca. Un espasmo la recorrió.
–Si me amas, Ania, ¿por qué demonios no quieres estar conmigo? –lo escuchó decir con enojo.
Sus manos le rodearon los brazos fuertemente, sus rostros se tocaban, el silencio causaba que lo único que pudiera oírse fuesen sus respiraciones entremezcladas.
–¡Porque tengo miedo, Damien! Tengo miedo tenerte para luego perderte otra vez, tengo mucho miedo de que te apartes nuevamente de mi lado, tal como tuve miedo cuando era más joven, cuando te pedí que te marcharas, tal como lo tuve antes de saber que estaba perdidamente enamorada de ti. Acéptalo, no sé amar y nunca aprenderé, probablemente mi destino es estar sola.
–Que se joda el destino, tú eres mía –contestó él luego de largar una risa oscura.
En ese instante, volvió a besarla en un arranque de furiosa pasión, mordió su labio inferior hasta henderlo con sus dientes, hasta que ambos saborearon la sangre. Ania gimió, enterrando las uñas en esos macizos brazos repletos de musculatura de piedra.
Cuando su espalda golpeó la pared, ella levantó sus piernas para rodearle las caderas entre estas y se aferró de las mangas cortas de su camiseta con tanto ímpetu que las rasgó.
Él dejó su enrojecida e hinchada boca para morder su cuello y saborearlo con la punta de su lengua. Otro gemido esporádico se escapó de los labios de Ania, quien no pudo evitar que sus ojos ardieran por las lágrimas de felicidad y dolor.
Damien agarró sus glúteos con sus manos y atrajo sus caderas más cerca de sí mismo con el fin de que sus pelvis estuvieran más juntas. Deslizó sus dedos sobre la cinturilla de sus jeans, jugueteando mientras los hacía rodar levemente hacia abajo, tocó el borde de sus panties, tirando de estas como si quisiera romperlas.
Desesperadamente, Ania introdujo sus manos bajo su camiseta gris de algodón, sintiendo la sedosa piel caliente que cubría cada uno de esos perfectos músculos sólidos. Tocó su pecho, cada uno de sus abdominales definidos, sintió su corazón latir de manera apremiante contra sus dedos.
Entretanto, él le desabrochó los pantalones y comenzó a quitárselos lentamente desde la parte trasera, revelando primero la parte baja de su espalda. Por debajo del largo de su blusa, trazó los bordes de su tatuaje con ese dedo índice áspero. Los dos rieron cuando sus vaqueros se quedaron atascados a mitad de sus muslos. Ania regresó sus pies al suelo para hacerle más fácil la tarea de desvestirla.
Damien se puso de rodillas y tiró de los jeans hacia abajo, a lo largo de sus piernas. Después de hacer esto, permaneció ahí, contemplándola desde el piso con una mirada famélica, repleta de fuego. Estiró un brazo y la tocó, ascendiendo desde sus botas de cuero hasta sus muslos desnudos.
Ella lanzó su cabeza hacia atrás, gimiendo por cada caricia, sacudiéndose con cada contacto. Su solo roce, la hacía querer desbordarse y gritar. Él acercó su boca hasta sus piernas para besarlas, Ania pudo sentir cada tierno golpe de sus labios sobre sus rodillas, en la parte interna de sus muslos y en cada pedazo de piel que solamente él conocía.
Utilizando sus dientes, arrancó sus bragas y continuó dejando el calor de sus besos sobre sus femeninas caderas. Su incipiente barba raspó su vientre desnudo, su dulce boca agasajó cada parte prohibida de su cuerpo.
Ella ahora estaba trepidando de placer.
Sin dejar de tocarla, Damien se levantó para regresar a su boca, donde ambos probaron el sabor de sus lenguas sedientas al tiempo que sus manos se exploraban el uno al otro.
Ninguno de los dos podía soportar un segundo más de sentirse separados, Damien abrió sus pantalones por sí mismo y presionó su pecho contra los de ella, una grata euforia se desbordó a través de sus venas al tiempo que le levantaba las piernas desde la parte trasera de sus rodillas a fin de que pudiese volver a rodearlo con ellas. Puso con ternura un mechón de su cabello negro detrás de su oreja y miró con dulzura aquellos ojos oscuros.
–Esperé tanto por esto –murmuró en su oído un segundo antes de hacerla completamente suya.
Los dos gimieron al unísono, él la empujó más fuerte contra la pared, embistiéndola con su cuerpo. Ania se mordió el labio inferior con fuerza, sintiendo que podría morir de placer. La respiración entrecortada de Damien estaba golpeándole el cuello, escuchar sus gemidos roncos cerca de su oreja era la experiencia más maravillosa que cualquier mujer pudiese soportar al tiempo que sus firmes empujes profundos la hacían perder el control.
Ania se percató de que los ojos de Damien se volvían muy oscuros, cambiando de ese azul humo a un negro recóndito, como si sus pupilas se hubiesen tragado su iris. Lo olfateó, emborrachándose con ese exquisito aroma de su piel. Casi se sentía mareada ante el poder de aquella fragancia. Lamió el borde de su cara con una ternura que casi era erótica, solamente para volver a degustarse con el sabor dulce y picante que tenía su bronceada piel.
Él le frotó la cara con su mejilla, notando la humedad de sus lágrimas.
–No me gusta... –comenzó a decir en voz jadeante–, que llores. Me... preocupa.
Su corazón se paralizó durante un latido, conmovido. Ella le sonrió y se inclinó hacia adelante para morder su mandíbula cuadrada.
–No me estás... Ah... haciendo daño –lo consoló, empujándolo más cerca de ella con sus piernas para que ambos pudiesen unirse incluso más, para animarlo a aumentar su ritmo–. Te amo, mi ángel. Nunca he amado tanto a nadie.
Sus cuerpos se embistieron más fuertemente el uno al otro, el compás unísono que llevaban se aceleró a una melodía más apasionada, sus bocas se encontraron en besos tiernos que a su vez eran furiosos.
Ania cerró sus puños con fuerza en la parte trasera de la camiseta de Damien, su cuerpo entero trepidaba cuando gritó en un gemido su nombre. Él reía de dicha al momento en que ella encontró su camino al cielo.
–También te amo, nena.
Besó con ternura su boca, dedicándole una sonrisa que la hacía vibrar todavía más. Él dio un último embate a su cuerpo que, literalmente, lo hizo ver las estrellas.
Los dos lucharon para recuperar el aliento, sus cuerpos estaban todavía muy cerca, todavía unidos, sus respiraciones intermitentes, sus pechos subiendo y bajando. Ania sintió que Damien hundía la cara en su cabello y deslizaba su nariz sobre su cuello, provocándole escalofríos. Se detuvo en el hueso de su clavícula para besarla dulcemente ahí. Sintió su cálida respiración en ese lugar, ocasionando que un estremecimiento viajara a través de su pecho hacia su vientre.

Larissa hizo piruetas sobre la terraza, alardeando su estupendo estilo al patinar, sus pies se movían rápido mientras dejaba atrás a Nike, quien se deslizaba sobre su tabla de skate. Su cabello azul plata le caía en la cara cuando era empujado por el viento, el aire fresco se metía plácidamente dentro de su piel. Ella rodó de espaldas, avanzando con presunción para echarle un vistazo al vampiro, que estaba a varios metros de distancia más lejos, luciendo ligeramente cansando de seguirle el paso. No obstante, se las arregló para sonreírle de manera tierna y coqueta, lo cual la desconcertó lo suficiente como para no darse cuenta de que se acercaba a la fuente en el corazón del Central Park.
Se giró bruscamente, percatándose de que esa sonrisa de vampiro súper sensual no era más que una distracción. Tan pronto como aceleró el paso, Nike pasó junto a ella con destreza, alcanzó primero la fuente, saltó sobre el borde y se deslizó con sus ruedas encima de este. La sonrisa en su cara era triunfante cuando Larissa llegó furibunda para sentarse en la orilla de cemento que rodeaba la piscina de la fuente.
El joven dejó su tabla y tomó asiento a su lado. La terraza era el lugar más solitario y pacífico sobre toda la ciudad, cuando el resto del mundo estaba fundido en su sistema rutinario, aquí no había más que una brisa fresca que batía su cabello, un clima nocturno que, a pesar de toda esa oscuridad, no causaría miedo a ninguna persona. Por el contrario, el contexto parecía invitarte a bailar bajo la luna y a pensar mirando las pocas estrellas que rutilaban sobre ese tapiz azul. El lago detrás de ellos se extendía en amplios kilómetros de agua verdosa en calma, tan tranquila que podía confundirse con el suelo.
Sus hermanos no daban pistas de aparecer, por suerte. Ambos solo respiraban, sintiendo el viento colisionar contra sus pieles. Larissa abrazó sus rodillas, su par de patines negros cubrían hasta la mitad de sus pantorrillas, donde sus largos calcetines de rayas a colores sobresalían, sus shorts escasamente le cubrían los muslos, por lo tanto estaba casi retemblando de frío.
–¿Sabes por qué le llaman Fuente Bethesda? –Nike profirió.
La pregunta la tomó desprevenida, su rostro mostraba confusión cuando lo miró.
–¿Tú sí?
Él le sonrió.
–Su nombre viene del Ángel de las Aguas –señaló hacia el centro de la enorme piscina, donde se situaba una estatua de bronce de un ángel de al menos ocho pies de altura–. ¿Alguna vez has leído la biblia?
La chica negó.
–¿Por qué lo haría? Desde hace muchos años nadie cree en Dios.
–Se refiere al Evangelio de Juan, capítulo cinco, donde hay una descripción de un ángel que bendice la piscina de Bethesda, dándole poderes curativos. "Pues bien, en Jerusalem, junto a la puerta de las ovejas, hay un estanque designado, Bethesda, que tiene cinco columnatas. En estas, yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y los que tenían miembros secos".
–Los cuatro niños debajo representan la templanza, la pureza, la salud y la paz. La gente solía pensar que esta era el agua más confiable de toda la ciudad, es pura y mágica. Es por eso que el ángel lleva un lirio en una mano, que simboliza la pureza, mientras que con su otra mano bendice toda el agua que hay a sus pies –luego de una pausa, la miró a los ojos y agregó–. Sí, eso significa que probablemente jamás me podré bañar ahí dentro, ni tocar una de esas gotas, ni mucho menos beberla.
Larissa observó la figura alada en la parte superior de la fuente, desde donde chorros y cascadas se desprendían hacia una cuenca alta y en torno a la piscina, emitiendo un sonido constante similar al de la lluvia al caer.
–¿Cómo sabes esas cosas?
–De niño tuve un tutor realmente viejo –Nike explicó–. Mi tío Adolph me trajo de paseo aquí cuando yo tenía alrededor de cuatro años y me contó todas las historias que sus padres le contaban cuando era un niño... hace como ochenta años –largó una risita–. Recuerdo ese día, este lugar estaba atestado de personas en una tarde soleada, yo realmente estaba hastiado porque era solo un niño y el sol me provocaba quemaduras en la piel. Mamá estaba corriendo detrás de mí mientras me untaba un frasco entero de protector solar púrpura. Mi piel era morada como la de Barney –hizo una pausa, como si tratara de visualizar aquel día–. Pero luego me distraje, porque un grupo de comediantes estaba haciendo una obra de teatro muy graciosa. Mis hermanos gemelos se sentaron junto a mí para ver a estos humanos, Joey lloraba porque quería una manzana acaramelada, Anker todavía no hablaba, no porque no supiera, sino porque era un poco abstraído y tímido. Comenzó a decir frases completas a los doce años y ahora no para.
Larissa estaba fascinada ante esa historia, sus ojos resplandecían con cada detalle, como si no pudiera creer que esas épocas de verdad hubiesen existido. No recordaba mucho de su infancia, tal vez porque no quería hacerlo. Ella no había tenido tanta suerte, jamás había tenido una familia que se preocupara por ella o con la cual compartir ese tipo de recuerdos. Para ese entonces, la humanidad todavía era un poco humana. Ahora, o eran Vanthes, o simplemente despiadados.
–Nunca fui a una obra de teatro –musitó–. Cuando tuve la oportunidad, ya era muy tarde. No puedo recordar una época donde las risas y el arte eran temáticas de importancia para las personas.
–Las personas creen que reír es lujo, que nadie debería hacerlo mientras estemos en tiempos miserables. Nacen persiguiendo una felicidad basada en lo material, sin siquiera tener una idea de que la encontrarán en cualquier instante, cuando veas a alguien sonreír, que tenga una sonrisa tan hermosa que tu pecho se apriete, cuando te rías con tantas ganas que te tumbes al suelo, cuando abraces a alguien que lo necesita, cuando estés solo en tu silencio y te sientas secretamente rebosante. Por suerte, no soy una de esas bestias racistas.
Por bestias se refería a los hombres, no a los Vanthes. Larissa hizo un mohín.
–¿Qué estás queriendo decirme?
Nike, sonriéndole, le cogió una mano.
–Eres distinta, aún existen personas distintas. Pero, ¿cuándo fue la última vez que tropezaste en la calle con un individuo y este te sonriera mientras le pedías disculpas? –Larissa no podía recordar ninguna–. Están apresurados y solo te lanzan una potente maldición. O, ¿cuándo fue la última vez que saliste durante la noche sin miedo de morir?
Otra vez, ella no podía recordar ninguna. Si no era luna llena, sentía miedo y angustia de todas formas, porque las ciudades eran la cuna de bandidos y matones sin una pizca de compasión. Había solo dos clases de personas, víctimas y victimarios. Todo estaba repleto de maldad bajo ese estúpido sistema corrompido.
Hacía falta piedad, consciencia, felicidad, armonía, tolerancia. Algún día su gente tendría que darse cuenta de eso, antes de que fuera demasiado tarde para ser corregido. O quizás, ¿no era tarde de todos modos?
El Ángel de las Aguas sería derrumbado en los próximos días para ser remplazado por la estatua del actual gobernante de los Estados Unidos. De modo que esta era la última vez que disfrutaría de una historia como esa.
–Para que veas que soy bueno, te dejaré elegir el sitio de nuestra cita –Nike dijo al tiempo que le rodeaba los hombros bajo un brazo–. ¿A dónde te gustaría ir?
Larissa lo meditó durante un segundo.
–Me gusta aquí –afirmó–. Es uno de los pocos lugares donde todavía queda... naturaleza.
Él rió.
–Bien, no quiero presumir, pero vivo en una casa en un árbol.
–¿De verdad?
Nike asintió antes de ponerse de pie mientras tiraba de su mano y avanzaba hacia el lago, en el cual flotaban un par de botes a remo que en el pasado eran rentados para dar paseos a los turistas. Él saltó dentro del bote de madera ligeramente manchada con moho por la humedad y jaló a Larissa hacia sí. La chica cayó contra su pecho, dejando escapar un gritito al mismo tiempo que se tambaleaban por el movimiento del agua.
Los dos se sentaron en el suelo del diminuto bote, uno delante del otro, sus piernas estiradas un poco enlazadas, rozándose en sitios estratégicos.
–Eres un poco tramposa, Larissa –la acusó Nike.
–¿Por qué?
El vampiro se inclinó hacia adelante, atrapó su cara entre sus manos y le robó un beso que duró tres latidos de su corazón.
–Porque me has robado dos besos que pretendo que me devuelvas –le respondió luego de separarse ligeramente de su boca.
Una vez más, la hizo enmudecer, poniendo esos tibios labios encima de los suyos, solo que esta vez sus manos dejaron de apresar su rostro para situarse en su delgada cintura. Se dejó llevar, consciente de que ese beso tenía un poderoso sabor a sangre, sin embargo, no le importó, porque otra parte de su boca sabía deliciosamente a canela, picante, dulce. Y su lengua era decadente, exquisita.
Torpemente, apretó sus puños en las solapas del abrigo de cuero del vampiro con sus dedos temblando mientras él resbalaba sus manos hacia su cadera para finalmente hacer una parada en la parte baja de su espalda.
Larissa sentía que se elevaba sobre el cielo, pues el movimiento del bote le hacía sentir que estaba volando. Lo siguió besando, deteniéndose breves segundos para respirar, pudieron pasar minutos u horas mientras probaban el interior de sus bocas, ella no lo sabía, había perdido la noción del tiempo. Nike la apretujaba bajo su peso mientras se reclinaba sobre ella y movía sus manos inquietas por encima de su cuerpo.
De repente, se percató de que Nike movió una mano hacia uno de sus senos, rozándolo con sus dedos a través de la tela de su camiseta. Se hizo atrás bruscamente con un sonido ahogado, no estaba segura de si debía insultarlo por su atrevimiento o felicitarlo por el agradable calor que se escurrió sobre todo su cuerpo ante ese contacto.
Nike le sonrió cálidamente, su rostro estaba recortado por las sombras. No hubo tiempo para decir una sola palabra, las voces burlonas de Anker y Jerom se escucharon desde la terraza, interrumpiendo su sesión de besos picantes.
Él se levantó, su sonrisa se hizo un poco más endemoniada, casi parecía que sus colmillos estuvieran asomándose desde sus labios. Cogió un remo para navegar hasta la orilla.
–Te veo mañana en nuestra segunda cita –le guiñó un ojo antes de saltar fuera del bote, dejándola dentro.
–¡No saldré de nuevo contigo! El trato era sobre una sola cita, esto fue suficiente.
–Oh, confía en mí, saldrás conmigo.

–Nunca más me dejes –Ania le dijo a Damien antes de darle un beso en su barbilla–, ni siquiera si te lo pido.
Ambos estaban sentados en el suelo, vestidos, pero recuperando el aire por lo que acababa de pasar entre los dos. Ella le apartó su castaño cabello de encima de sus ojos azules para admirar su bello rostro.
–Creo que me moriría si vuelvo a perderte –continuó–. Nunca dejaré que nada te toque ni te haga daño, ¿me oíste, mi ángel?
Él sonrió.
–Ania, tú no tienes que protegerme, ese es mi trabajo, cuidarte. Estuve viajando por Europa y Canadá los últimos años –él señaló con un dedo las pinturas de la Torre Eiffel y Roma–. No había un solo día en que no pensara en ti, estaba tan asustado de que algo pudiera haberte pasado. Cuando regresé, lo único que deseaba era verte, saber que estabas bien –pausó para tocarle los labios con sus dedos–. Seré tu ángel guardián si es necesario. Seré tu sombra si dejas de quererme. Te perseguiré.
–Me he sentido tan sola…
–Te lo prometo, nunca más estarás sola.
Damien sacó de su bolsillo una navaja pequeña, exhibió su hoja y se hizo un pequeño corte sobre la palma de su mano. Una delgada línea escarlata apareció en su piel, brillando.
–Haz un pacto de sangre conmigo, demuéstrame que todavía confías en mí.
Él cogió su muñeca con su mano limpia y le ofreció la navaja.
Durante un instante, ella se asustó, pero accedió. Damien no era un Vanthe, si todavía podía hacer algo para enmendar sus errores, era demostrarle cuánto lo amaba, era unirse a él más de lo que era posible.
–Hazlo tú, me da miedo –contestó quedamente.
Los hombros de Damien temblaron, porque estaba riéndose. Ania era muy valiente, valiente hasta el punto suicida, ¿pero le temía a una cortada en su mano?
–Cierra los ojos.
Ella lo hizo.
Damien trazó con cuidado una línea más pequeña en su mano, Ania no pudo evitar sisear por el ardor.
–Lo siento, ¿te lastimé? –se escuchó angustiado.
Cuando Ania abrió los ojos, estos estaban húmedos, realmente había sido una cortada dolorosa. Rápidamente, puso su mano encima de la palma ensangrentada de su novio. Estuvieron varios segundos cogidos de las manos, mirando sus dedos entrelazados hasta que la sangre casi estuvo seca.
–¿No es una cosa romántica? –una nueva voz masculina surgió desde alguna parte–. ¿Quién hubiera pensando que Damien tenía un lado cursi?
Ania vio a un grupo de chicos de pie amenazadoramente alrededor de ellos, bloqueándoles todas las salidas posibles. Al echarles un segundo vistazo, reconoció a un par de ellos. Eran los amigos matones de Damien y, por supuesto, Ellen.
–Levántate –Damien le susurró al oído.
Los dos se pusieron de pie para enfrentarlos sin soltar sus manos.
–Eres un sucio perro –Ellen dijo a Damien, adelantándose para estar más cerca–. ¿Qué pasa con el hijo que estamos esperando? –sus manos descansaron encima de su vientre plano–. ¿Acaso no te importa?
–Solo conozco una manera de concebir bebés –Damien objetó de forma burlona–. No creo haberla practicado contigo jamás.
La mujer puso sus ojos en blanco.
–Bien, tú ganas, muñequito, no hemos hecho a otros muñequitos, pero si que tuvimos ganas, ¿no?
Ania apretó con más fuerza la mano de su novio por los celos y la furia que estaban rebosándola. Uno de los hombres dio un paso hacia ella, el cuerpo entero de Damien se tensó en respuesta.
–No te atrevas a tocarla –le advirtió desafiantemente.
Ignorándolo, el muchacho alargó un brazo y tocó el ángel que colgaba de su cuello, inspeccionándolo. Ania tuvo que refrenar las ganas que tenía de patearlo.
–¿Qué es esto? ¿Plata pura? –el tipo se rió de forma cínica–. Chicos, nos pagarán lo suficiente por esto.
Colérico, Damien empujó su pecho, lo azotó contra la pared y situó su navaja encima de su cuello.
–Te dije, cabrón, que no la tocaras. ¿De qué manera tengo que repetírtelo para que lo entiendas?
El hombre se rió.
–Lo sabía, nunca fuiste leal a nosotros –señaló con un dedo la navaja afirmada en su cuello–. Qué curioso, quieres rebanarme la garganta pero nunca lo hiciste con ninguna de nuestras víctimas. Tú, en cambio, las dejabas escapar mientras estábamos distraídos, ¿cuán estúpidos crees que somos? ¿Pensaste que no íbamos a darnos cuenta? Nunca nos dejaste matar a nadie y ahora realmente luces como un asesino. Finalmente eres uno de nosotros.
–Mataría a cualquiera que se acerque a mi chica –Damien sonrió despiadadamente–. Además, ¿para qué matar a alguien cuando ya has conseguido lo que quieres de esa persona?
El otro chico le devolvió la sonrisa.
–Porque matar es divertido.
De un momento a otro, Ania vio a Ellen a espaldas de Damien, aproximándose con un bastón de hierro.
–¡Damien! –dio un alarido de angustia.
Se abalanzó sobre la mujer para detenerla, las dos rodaron por el suelo dando vueltas mientras Ania trataba de lanzarle puñetazos o rasguñarla. Logró retenerla bajo su peso, se sentó sobre su cintura y le arrebató el bastón de las manos. Se le cayó el alma a los pies cuando notó que este estaba manchado con húmeda sangre líquida.
Había llegado tarde.
Soltó el bastón y se giró. Damien se hallaba tendido en el suelo con su cabello y frente mojados de ese líquido carmesí, sus ojos desorientados la miraron revoloteando, sus párpados parecían pesarle mientras se cerraban.
Ella corrió hacia él, sus piernas temblaban tanto que escasamente podía caminar, su visión estaba llenándose de puntos rojos.
–¡Damien, ¿estás bien?! –susurró con la voz rasgada luego de lanzarse de rodillas a su lado y reposar una mano encima de su pecho.
Lo vio cerrar los ojos lentamente.
–¡Damien, responde! –lo llamó, sus ojos estaban húmedos, el pánico amenazaba con hacerla llorar.
No podía soportar que algo le pasara, no podía perderlo justo ahora cuando acababa de tenerlo. Se obligó contener el llanto. Él solo estaba desmayado, era un tipo fuerte. Rebuscó en la mano de Damien que seguía manchada de sangre después de su pacto, en la cual aún se hallaba su navaja metálica. Se puso de pie con el arma en su mano, observando con odio a sus agresores, dispuesta a hacerles todo el daño que pudiera.
Ellos estaban sonriendo de manera ruin mientras la rodeaban. Dos de los hombres la atraparon velozmente, uno de ellos le sostuvo los brazos y piernas mientras el otro le arrancaba el colgante de ángel del cuello. A pesar de su intento por sacudirse y morderlos, o patearlos en sus partes bajas, los dos superaban su fuerza.
–¡No! –sollozó mientras el hombre examinaba la pieza que Damien le había regalado–. ¡Por favor, devuélvemelo! ¡Te lo ruego!
Todos se rieron.
–Haz que se calle –Ellen le espetó al hombre que había robado su ángel.
Él asintió, registró sus bolsillos y encontró una pistola bien cargada en sus pantalones. Antes de que Ania siquiera pudiera implorar por su vida, disparó a su pecho.
No una sola vez, sino cuatro.
–Dispara otra vez a su cabeza, no queremos que vuelva a levantarse –fueron las últimas palabras que oyó mientras agonizaba desde el piso encharcado con su sangre.


Bethesda: En la biblia, en español se utiliza la denotación hebrea, Betzata.

33 comentarios:

Iveeth Luna Gámez dijo...

Hola Steph pff lamento tanto no aver comentado antes, amo todo lo que escribes de verdad, pero desgraciadamente no tengo mucho tiempo para estar en internet.
Me encanto la forma en que Larissa no puede olvidar a los chicos y principalmente ame el comentario de mi personaje porque es verdad -.- ella simplemente desaparece y no me avisa de nada.
Otra cosa que no entiendo... ¿PORQUE TODOS LOS CHICOS SON TAN JODIDAMENTE SEXYS?
Por sierto que mi mejor amigo (Adrian) termino de leer tus novelas anteriores y creo que va por el capitulo 5 o 6 de Zukunft, me pidio que te escribiera que eres compeltamente ¿sexy? la verdad no recuerdo las palabras que uso pero creo que se referia a eso.
Me dijo que a partir de la proxima semana, se une a el resto de tus lectores y vaya que eso es extraño ya que no es el tipo de chico con internet, odia facebook!
Pero tiene un Twitter que no usa jaja.
Bueno Steph, te dejo y una vez mas, amo tus novelas y todo lo que escribes.

Hanny_liz dijo...

Me haz Dejado en n verdadero Shock! O.O! Tanto que tuvieron que pasar Ania y Damien , tantas peleas fantasmas Vanthes , vampiros , dioses , escuela , padres de Ania ! Tipas Ofrecidas para ue terminen con sus vidas con un Baston de Hierro & Una pistola O.o esoo es Jodidamente Injusto!
& por otra parte no imagino la viida asi como la que estan viviendo los chicos! Y pensar que cuando sus padres eran jovenes el mundo era tan distinto aunque la verdad asi como vamos no dudo que dentro de unas cuantas docenas de años vivamos asi.... Aaaaa No lo asimilo que ya hayan crecido jajaja & lo seguire diciendo Yo sigo amando a su Padre! De el heredaron lo guapo, sexy & conquistador no se porqe pero presiento que Abra una pelea entre Jerom & Nike por Lariisa :O! Espero y no pero aaaaa YA QUIERO saber que mas pasaa!! & Tambiien con Jerry<3 y Charity! Siiguelaa porfavoor Steph(:

Anónimo dijo...

No puede ser estoy tratando de pensar claro. Ania esta muerta? Y damien también. No puede ser. No me agrada la pareja de Nike y larissa y tampoco no me agrada la pareja de larissa y jerom. Steph espero que pronto subas CAP. Bueno no diré nada mas

andre dijo...

¡MALDICION! Tienes razon quede realmente en shock :o! Le pegaron un batazo al amor de mi vida:(, y larissa tiene que salir con jerom no con nike jum u_u, ademas no nos puedes entusiasmar con la parte de ellos 2 y despues me los casi matas, las cosas no pueden ser asi chica:(, ya quiero que sea lunes!! Cuando subes cada capitulo me aguanto unos dias para leerlo lentamente y no se me haga tan larga la espera para el otro capitulo, nunca lo he preguntado pero que edad tienes?x_x y solo he ido una vez a caracas:D quiero volver el clima en la mañana es genial.. No como aqui en Maracaibo que hace el papa de los calores:( has venido alguna vez para maracaibo o a que partes has ido de vVenezuela?:* si hablo mucho lo se.. Pero asi soy, que se hace:s. Atentamente, andre.

Pd: la que te comento sobre la politica
Pd2: espero que me respondas
P3: me copie respecto a tus posdatas.

Mariana dijo...

Hola Steph, espero no te sientas ofendida con mi comentario pero lo veo como una crítica constructiva y mi punto de vista en todo esto.
Tus capítulos siguen siendo buenos en redacción e imaginación pero creo que la escasez de comentarios se ha debido a que estas perdiendo tu esencia, no me lo mal entiendas, pero si no me equivoco -Y espero me corrijas si lo hago- en tu afán de complacer a unas lectoras has estado creando situaciones que no te identifican como escritora, perdiendo así tu verdadera forma de expresar lo que estas creando y eso ha llevado a que nosotras no tengamos los mismo sentimientos hacia cada capítulo como antes, que al finalizar cada uno de ellos te sentías influenciada por cada expresión. Personalmente en los últimos no he sentido lo mismo. Eso es lo que yo he venido viendo y sintiendo, discúlpame si de algún modo te he ofendido o herido, solo es mi punto de vista. Si estoy equivocada entonces retiro lo dicho y hago caso de que son solo ideas mías. Sin embargo creo que deberías tomarte el tiempo suficiente de hacerlo como realmente debería ser, fluido y sentimental, no importa si no publicas todos los LUNES, cada historia lleva su trabajo y no son una carrera contra el tiempo. Un verdadero escritor se toma su tiempo, moldea y se complace así mismo con lo que esta poniendo sobre el papel. Un escritor de corazón espera que lo que escribe le saque una sonrisa a el mismo y no a los demás.
Con aprecio, Mariana. Espero me recuerdes.
Un beso.

Anónimo dijo...

Que SEÑOR capitulo! o.O, es oficial, estas desquiciada... En 1er lugar me he dado cuenta que tienes una forma unica de narrar las diftes parejas a la hora de tener relaciones, a Char y a Jerry lo pones como con ese toque elegante, Dimitri y Becca una gran dulzura picante, Joe y Angie super pasionales, Damien y Ania lo que le sigue a HOT.. en 2do lugar Nike se ve tan dulce pero es mas maquiavelico que Jerom y Anker, es decir Jerom es mas predecible pero Nike OMGGG! Definitivamente lo amo jaja y en 3er lugar, el final.. cuando iba leyendo que le dispararian a Ania lo tome con cierta normalidad, pies obviamente quedaria viva, es una de las protagonistas, luego cuaando lei que le dispararian al corazon me fui tensando y cuando lei que eran varios disparos al corazon empece a gritarle a mi pc.. MUJERRRR como vas a matar a Ania? no nos hagas esto!como mierda quedara viva despues de varios disparos al corazon?? vuelvo y lo repito.. estas locaaaa steph

PD: la fuente bethesda es real? es decir, se encuentra en el central park de NY? es que me parecio una historia bastante interesante..

Att: OneDJobros

Anónimo dijo...

Una pequeña sugerencia.. esta historia son sobre los hijos de Joe y Angie, Larissa y asi.. creo que deberias darle un poco mas de prioridad a ellos pues ya los demas personajes ya tuvieron sus propias historias en las demas noves
aun asi el capitulo estuvo super.. ahhh y otra cosa, me gustaba un poquito mas cuandoo escribias en primera persona

Noelia dijo...

Ya llevaba yo tiempo sin comentar!! Perdona pero he tenido un mes super ajetreado y solo tenia el placer de leer los capitulos en tiempo libre y no tenia tiempo de comentar. Me daba pena de no dejar constancia de mi persona jajajaja
Bueno respecto al capitulo: ESTAN JUSTOS DE NUEVO!!! y como no, despues de bailar de alegria, me hundes en la miseria matando a uno de ellos... ¬¬
Pero bueno, de demas, como siempre satisfecha y con mas ganas de leer que el anterior.
Ahora si podre dejar comentarios jejeje
Bueno, nada mas... BESOS!!!

Sherl dijo...

Dios BENIDITAS LETRAS ROJAS!!
AHAHAH...

no se pero esta novela me parese mas romantica con mas romance que en las otras pero picante romantica de accion y picante laa amo!!

LA AMO!

GRACIAS POR DEJARNOS LEERLA ES REALMENTE HERMOSA!!

encerioo noventa gatos?? hahahah casa embrujada?? hahahaha no, exagerar tu?? jamas no te difames asi cariño tu jamas exagerass nunca lo juro!
hahahah algun dia llegara ese ser que llene tu vida,
yo cada rostro guapo que veo me llena ahahahah
si p/e Jerry ese niño esta mas bueno que el chocolate derretido
y yo soy una adicta al chocolate
hahaha y me enamore de Jerry lo amo tanto
and jesus el es tan sexy..

jerry harris lo amo!!

bueno chica el capitulo estuvo asombroso me creeras que lei los capitulos del 6 asta este en tres horas? y cuando te digo que estuvieron asombrosos es por que es verdad, fueron tan hermosos dificilmente te puedo explicar que tan buenos fueron por que te dejan sin palabras fueron tan grandiosos con amor fueron echos con pasion y cariño
:) los ame!1
sube ya el capitulo 12 right now!
no estoy metiendo precion eehh para nada
-sube ya entiendes- hahahsh

me marcho pequeña! -claro- hahah

by: Sherl

Pd: irrevocablemente enamorada! -suspiro-
pd2: gracias! es lindo de tu parte

Anónimo dijo...

ademas es excelente eso de que larissa este saliendo con nike ademas no me digas que ambos mueren (noo porfavor) porq lloro :c no se puede quedar asi por nada del mundo ....
bueno eso cuidate mucho y espero con ansias el proximo capitulo

Wilmeliz dijo...

Ok vayas comencemos.

1. Estoy en schok con lo de Ania y Damien, me niego a creer que pueden estar muertos. Tu no lo escribistes como tal pero uno deduciendo se sabe que Ania con 4 tiros y uno en la cabeza muere. Esa pareja me encantaba, Han pasado por tanto que no se no puedo creer que mueran. Pero me siento feliz que por lo menos han muerto juntos. Pero aun asi quiero leer si de verdad los matastes. Los extra~are un monton.

2. Larissa, no se si odiarla, tengo duda de con cual gemelo se quedara si con Nike o con Jerom. Aunque yo que ella me quedo con los dos conmigo no hay problema.

3. Quiero saber que onda con Char y Jerry esos dos me dan muchos dolores de cabeza. Ellos se aman que char hable con el y vuelvan otra vez.

4. Aita y Joey son un amor los amo.

5. Extra~o a Collin y Heather/Miranda.

6. Hoy si que no tengo mucho que escribir, simplemente que ame el capitulo.

7. Ya quiero leer el proximo cap.

8. Bueno adios sigue asi.

Anónimo dijo...

Es Geniaaaaaaaaaaaaaaaal, eres la mejor! ame las letras rojas estuvieron fuera de serie, como extrañaba a Damien y Ania.
Pero con ese final es para matarte no puede pasar nada malo!

Anónimo dijo...

Siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela sigue suela siguela siguela

Liz dijo...

Hola soy nueva y he leído todas lad novelas. Me encantan la verdad es que escribes bien. El blog me lo recomendó WilmelizB (susy).

Anónimo dijo...

Maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón maratón

Anónimo dijo...

Amo tus novelas eres genial

Anónimo dijo...

Siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela siguela

Anónimo dijo...

Maratón maratón maratón maratón maratón

Anónimo dijo...

Steph sube CAP pliss

Anónimo dijo...

SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA SIGUELA

Anónimo dijo...

Amo a damien y. Ania espero que no estén muertos

Anónimo dijo...

Siguela siguela siguela siguela siguela siguela

Anónimo dijo...

Maratón maratón maratón maratón maratón maratón

Anónimo dijo...

Las letras rojas brutal me encantaron

Anónimo dijo...

Me encanto estuvo genial

Anónimo dijo...

Ya quiero leer que pasara

Anónimo dijo...

Siguela siguela siguela siguela siguela

Anónimo dijo...

Damien y Ania estan muertos? No, me niego a creerlo

Anónimo dijo...

Maratón quiero un maratón la verdad necesito un maratón. No puede ser sueno comO una chica necesitada.

Anónimo dijo...

Ok steph espero que eso ultimo que leí no sea lo que estoy pensando porque si no muero.

Eunicess dijo...

Hola girl, si soy yo Eunicess. Espero que estés bien para empezar yo aquí ando con un dilema de amores. Me explico conocí a un chico en el cine hace un tiempo y eso fue como flechazo pues todo bien después de ahí no lo volví a ver. Resulta que me cambiaron de escuela y bum ahí que lo veo. Todo fue como en una pelicula casi miedo cuando lo vi y me sonrió. Pero mi decepción fue cuando vi que tenia novia y peor la novia era la chica que estuvo casi toda su vida tirando la onda ami hermano. Resulta que por mas que intento olvidarlos no puedo y odio cuando el me ve y me sonríe y odio cuando su novia me mira mal. En fin tengo la cabeza desecha pero lo bueno es que leí tu capitulo y me encanto las letras rojas. Larissa y Nike hacen jermosa pareja pero también ella lo hace con jerom. El final me dejo en shock espero leer mas. Bueno adios

Anónimo dijo...

No se que decir simplemente QUE FINAL GENIAL

Anónimo dijo...

Siguela que me ha encantado

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