Capítulo
8: Ángeles Guardianes
–Hey –dijo
Charity y apartó su boca, permitiendo que la besara en la mejilla con
delicadeza–. ¿Qué pasó después? –ella apostó sus manos sobre mi pecho,
ascendiendo hasta mi cuello–. ¿Comenzó a quitarte la camiseta?
La princesa
jugueteó con el primer botón de mi camisa de manera coqueta.
Sacudí la
cabeza.
–No llevaba
camisa, recuerda –balbuceé con nerviosismo.
Estaba tenso y
rígido por estar tan cerca de Charity, de pronto me sentía agitado, extraño.
–Es
verdad –ella continuó, sin mirar mis ojos, pero todavía retozando con mi ropa–.
¿Estás enamorado de ella?
La
chica elevó su mirada hacia mis ojos, mi cuerpo palpitó con el contacto visual,
casi me sentí hipnotizado en el mar de sus radiantes y sagaces ojos azules.
–Sí
–respondí con mi garganta oprimida mientras que estaba cada vez más consciente
de sus muslos rodeando mis caderas y de sus pechos apretujados contra el mío.
–¿No
te importaría que Morgana fuese malvada o algo así? –me cuestionó.
–No,
todo el mundo es un poco malo.
–¿Y
si ella fuera bastante mala? ¿Y si ella quisiera matarme?
Resoplé.
–Hermosura
–puse algunos de sus cabellos dorados detrás de su oreja–, Morgana nunca haría
algo así.
Sus
ojos se estrecharon como un reflejo de cólera.
–Ella
envió a Ludwig para que me asesinara –la princesa afirmó de forma decidida–.
Pero él obviamente no iba a hacerme daño, así que me lo confesó todo. Morgana
es una arpía.
Se
levantó de encima de mí, enfurecida.
–Eso
es una mentira, Char. ¿Por qué Morgana querría asesinarte?
Hizo
un gesto dramático, alzando sus manos al aire.
–Ella
cree que soy la razón por la cual no puedes amarla únicamente a ella. Cree soy
la otra o algo por el estilo, lo cual es estúpido, eres mi amigo, creo. ¿Somos
amigos? –me observó, esperando una respuesta, apenas tuve tiempo de asentir con
la cabeza–. Ludwig me lo contó todo.
–Ludwig
es un mentiroso –me crucé de brazos.
–Por
favor no hables de gente mentirosa.
–Tu
novio es un perro mentiroso, Morgana no es capaz de lastimarte. Ella no te
haría daño.
–¡No
la conoces! ¡Ella es como el diablo en versión mujer! ¿No te dice algo que
practique magia roja? Es cruel y desalmada. Lud me lo ha dicho.
–Lud
es un cabrón. ¿De verdad dice que Morgana es cruel y desalmada? ¿Por qué
entonces se acuesta con ella?
Charity
enmudeció.
–¿Qué?
–Nada,
perdón –gruñí.
–¿Qué
dijiste, Jerry?
Ella
se aproximó hacia mí, juntando su rostro al mío.
–Nada,
su majestad –repetí con arrogancia.
–Jerry
–prensó los dientes al hablar y me sujetó de la camisa.
–Bien,
dije que tu novio es mentiroso, te engaña, y se acuesta con mi mujer.
Ella
se mostró contrariada, como si acabara de recibir un balde de agua fría, su
mandíbula se tensó.
–Ese
maldito... ¿Cómo se atreve? Soy una princesa y ella solo una perra prostitu...
–Charity,
no te expreses de Morgana de ese modo delante de mí.
–No
me des órdenes, plebeyo. ¿O qué piensas hacerme si digo que la gitana es una
zorra barata?
Me
di la vuelta para marcharme, negándome a oírla.
–Sí,
lárgate, guitarrista de mierda –me gritó mientras me alejaba–. No quiero volverte
a ver.
Sus
palabras se sintieron como recibir un inesperado golpe en medio del estómago,
de esos que te dejan sin respirar. Me giré de vuelta, regresando con Charity.
–No
digas esas cosas, princesa –le rogué, sujetando sus brazos para inmovilizarla–.
No quiero pelearme contigo.
Ella
estaba frunciendo sus cejas, su pecho subía y bajaba al ritmo trémulo de su
respiración.
–Déjame
–se liberó de mi agarre–, tal vez Ludwig sea un perro inmundo, pero estoy
segura de que no mentía cuando dijo que esa mujer quería matarme. Te lo
advierto, guitarrista, si ella llega a tocar uno de mis cabellos, la convertiré
en un montón de rebanadas de gitana. Hasta entonces, no quiero siquiera
escuchar tu voz.
–Preciosura,
yo no dejaría que nadie te haga daño. Estoy aquí por ti.
–No
me importa –rezongó–, de todas formas no me crees, aléjate de mí.
Fue
Charity quien dejó la habitación con paso furioso. En cuanto desapareció de mi
vista, la extrañé, me sentía terriblemente mal, tal como un encabronado
imbécil, culpable.
La
gitana no le haría daño a Charity, ¿o sí?
Morgana
apareció en la puerta, interrumpiendo cualquier pensamiento que divagaba dentro
de mi cabeza. Todos mis músculos se tensaron en respuesta. Cuando me tumbé
sobre la cama, ella se sentó junto a mí y comenzó a acariciar mi cabello con
sus dedos.
–¿Se
pelearon? –interpeló.
–Sí,
me siento horrible –le contesté.
–¿Es
tu novia?
–Es
mi amiga –alargué un brazo para tocar su largo pelo negro y juguetear con
este–. Tú no le harías daño, ¿verdad?
Morgana
me sonrió con calidez.
–¿Por
qué querría lastimarla, Jerry? Además, acabo de conocerla.
Afligido,
asentí con la cabeza.
–Es
verdad, lo siento. Tú no eres capaz de hacerle daño a alguien, ¿verdad?
La
sonrisa de Morgana se volvió más abrasadora.
–Por
supuesto que no, dulce niño.
Ella
acarició mi rostro con dulzura, descendió sus manos sobre mi pecho y abdomen y retozó
con el dobladillo de mi camisa.
–No
te sientas mal –musitó, adentrando sus manos por debajo de mi ropa, rozando con
sus dedos mis abdominales mientras yo dejaba de respirar–. Yo te haré sentir
mejor. Déjame alimentar tu obsesión.
Se
inclinó y me dio un beso debajo de mi ombligo, luego sentí su lengua
acariciando mi piel al tiempo que sus manos se introducían en el interior de
mis pantalones.
Tuve
una excitación dolorosa, latente.
Sujeté
a la gitana desde sus caderas y rodé sobre ella, poniéndola debajo de mi cuerpo.
–Oh,
Dios mío, Jerry –Morgana jadeó, temblando entre mis brazos.
No
eres un hombre si no eres capaz de satisfacer a una mujer.
Me
reí ante el placer que me causaba saber que estaba tan completamente saciada.
Continué lamiendo cada parte de su cuerpo, tocándola de manera experta, hasta
sentirla retorcerse. Sentí sus uñas enterrándose en la piel de mi espalda.
Habían
transcurrido horas desde que habíamos comenzado a tocarnos en la cama, incluso
la noche estaba comenzando a caer. Había descubierto que era un adicto a la
piel de Morgana.
Ella
buscó mi boca con la suya y me besó con insólita urgencia. Deseaba que perdiera
la cordura por un momento y me gritara que me amaba, tal como hacían el resto
de las chicas con las que dormía. Deseaba enloquecerla más allá de su razón y
juicio.
Lamí
el borde de sus labios, tentándola.
–¿Irás
esta noche al bar? –musité contra su boca.
–No
es bueno decepcionar a mi público –me contestó.
¿Acaso
me molestaba que ella perteneciera a otros hombres? ¿Por qué me había enfadado
tanto que Ludwig la besara, que la tocara? Morgana no era mía, no se suponía
que eso debía suceder. Yo había jurado no adueñarme de ninguna mujer, había jurado
ser libre para siempre. Pero ahora sentía que la gitana debía pertenecerme.
–¿Qué
pasa, cariño? –me preguntó al notar la expresión hosca de mi rostro.
–No
quiero que vayas –la aprisioné con fuerza bajo mi peso.
–Tú
no puedes decirme qué hacer. Soy libre.
Ella
rodó sobre mí, sentándose sobre mi pecho, su largo cabello hizo una cortina
sobre nuestros rostros cuando ella me besó lascivamente, dejando que su lengua
transitara dentro y fuera de mi boca.
–No
te vayas –supliqué a mitad de un beso–, no me dejes –la gitana largó una
siniestra risa al tiempo que emprendía a colocarse su ropa–. Por favor,
Morgana, quédate.
Atrapé
su mano con la mía, sin dejarle marcharse.
Entre
todas las telas de su ropa, se hallaba escondida una pistola, como un revolver
alargado, con el cual me apuntó.
–Suéltame,
pirata –me amenazó, cargando el arma.
–No
soy un pirata, y no le temo a morir. Dispárame.
La
gitana se liberó de mi sujeción con un gesto orgulloso, sacudió su larga
cabellera. Y huyó. Suspiré al verla correr mientras dejaba la habitación.
Bruscamente
sentí que los latidos en mi pecho se aceleraban copiosamente, aporreando mis
costillas. No obstante, este era un latido angustioso. Salté fuera de la cama,
me vestí y corrí entre los pasillos del Carmilliam.
–¿Charity?
–la llamé, en medio de la nada. Escuché su voz profiriendo un grito–. ¡Charity!
La
luz de la luna se filtraba desde las ventanas. Desde las alturas, la luna se
veía tan cercana que daba la impresión de que si extendía mi brazo, podría
tocarla con mi mano. Esta era grande, redonda y resplandecientemente plateada.
La
mitad de los pasillos estaban inundados bajo las penumbras, la otra mitad
resplandecía tras una fina capa de luz blanquecina.
Aceleré
el paso al escuchar los estruendos y golpes que traspasaban las paredes.
En
la siguiente estancia en la que entré había varias camas pegadas a la pared y
algunos cofres de oro debajo de las mismas. Solamente el brillo del fuego
bailante de una vela iluminaba parcialmente el cuarto hecho de madera y decorado
con monedas de oro en cada esquina.
Charity
se encontraba de rodillas al fondo, su rostro fruncido en expresiones de dolor.
De pronto, un par de colosales alas blancas con bordes dorados de plumas
brotaron desde su espina dorsal, rompiendo su pequeña blusa. Debajo de su
camisa llevaba un traje de blindaje, que era como los Leives le llamaban. Un
pequeño trozo de cuero grueso que servía para proteger su pecho de cualquier
impacto y cubrir los senos de las mujeres de esa especie cuando su ropa era
rasgada debido al largo de sus alas. Este estaba especialmente diseñado para
amarrarse justo en los lugares de la espalda donde las alas no crecían, de modo
que no pudiera romperse al momento en que estas salieran desde su columna
vertebral.
Las
alas no eran el único cambio que implicaba ser un Leive. En menos de un segundo
el iris de los ojos de Charity se había vuelto dorado y lanzaba destellos de
tonos rojos. Su cabello, que era rubio oscuro normalmente, ahora parecía
coloreado en luces doradas, había tomado el color exacto del oro bañado en luz.
De su boca despuntaron dos grandes y mortíferos colmillos, incluso un poco más
grandes y nocivos que los de los vampiros. Porque a diferencia de los colmillos
vampíricos, estos no estaban diseñados para ocasionar una mordida lo suficientemente
grande para drenar la sangre de un humano, estos estaban diseñados para matar a
una bestia.
El
cuerpo de Charity se había vuelto más voluptuoso y musculoso, había tomado
curvas que nunca antes había tenido. Aun así, ella era un ser precioso. Parecía
algo celestial, algo que hubiese bajado desde las cúpulas más elevadas del
cielo.
La
única manera de que un Leive pasara por su transformación era que hubiese un
Vanthe convertido en bestia en la cercanía.
La
única manera de que un Vanthe se convirtiera en bestia, era que hubiese luna
llena y fuese de noche.
Era
de noche, había luna llena.
La
leyenda contaba que los Leives habían sido creados después que los Vanthes.
Habían sido creados para ser como ángeles guardianes que protegieran al mundo
de aquellas bestias ciegas, su único propósito era salvar a la humanidad. Por
lo tanto, ellos solamente se transformaban cuando era necesario.
Si
Charity era un Leive ahora...
En
un rincón del recinto se encontraba oculta una criatura desagradable y extraña.
Su cabello era rojo vibrante sobre su cabeza, su piel era azul como el hielo
antártico, sus alas formidables tenían ojos pintados sobre ellas, sus orejas
eran puntiagudas al igual que su par de colmillos asesinos y sus ojos eran dos
fosas negras sobre su cara.
Había
algo en el brazo de la bestia...
Un
tatuaje de una sirena, igual al que Ludwig traía.
Ludwig
era un Vanthe.
Charity
se levantó del suelo lentamente, como un ángel vengador, celestial y furioso al
mismo tiempo.
–¿Cómo
no pude darme cuenta? Eres una maldita bestia –dijo ella acusatoriamente–.
¿Acaso no eres ciego como los demás?
Lud
se encogió en el rincón.
Los
Vanthes no tenían ojos cuando estaban trasformados en bestia, pero en su
fachada humana, a pesar de tenerlos, eran ciegos. De todos modos, la mayoría de
ellos se las arreglaba para ver de una u otra forma. Como bestias, existían
rumores de que los ojos en sus alas captaban el calor de los seres vivos, o que
tenían un sexto sentido altamente desarrollado que les permitía batallar
incluso mejor que alguien vidente. Como humanos...
–Morgana
me hizo un hechizo para que pudiera ver a través de los ojos de mi sombra
–Ludwig respondió, su voz sonaba algo distorsionada y bestial–. Solamente puedo
ver bajo la luz, cuando mi sombra se proyecta.
Para
los etruscos, como Charity, las sombras eran peligrosas, pues ellos tenían
hechizos para desprenderse de ellas. Las sombras son la parte oscura de cada
persona, condenados a vivir en la dimensión bidimensional, detrás de las
paredes y entre los suelos. Si estas se desprendían de la persona, eran capaces
de escaparse y deambular en la dimensión tridimensional, es decir, la nuestra,
lo que significaba desgracia y catástrofe.
–¡Corre,
Charity, o te haré daño! –Ludwig clamó con zozobra.
Los
Vanthes eran asesinos, en su naturaleza estaba el matar sin piedad. Incluso si
Ludwig no quisiera dañar a Charity, lo haría.
–Ni
lo sueñes, no puedo permitirte seguir viviendo –la princesa le respondió,
cerrando la distancia entre ambos–. Nací para liquidar a los seres como tú.
El
rostro de Charity se volvió pálido súbitamente, sus ojos se tiñeron de dolor,
se cubrió la boca con una mano, como si se arrepintiera de sus palabras. Corrió
fuera del lugar, desapareciendo en los pasillos.
Ludwig
se irguió, vacilando como si deseara perseguirla.
–No
te atrevas a seguirla –le dije en tono amenazante.
Emprendí
a correr tras ella, guiándome por el sonido de sus pasos al resonar con la
madera y su frágil llanto. La encontré sentada entre las sombras, en el suelo,
abrazando sus rodillas y sollozando mientras sus grandes alas cubrían todo su
cuerpo. Su llanto lograba desagarrarme por dentro.
En
lugar de hablarle, me puse a su altura, la rodeé con mis brazos y acaricié su
cabello. Pasaron largos minutos antes de que ella intentara hablar.
–Nací para liquidar a los seres como tú
–Char repitió el enunciado en un susurro–. Chris... me dijo eso el día que
murió.
La
besé en la frente, su llanto se hizo más fuerte.
–No
sabes lo que siento, Jerry. Lo extraño tanto, me siento tan culpable –me sujetó
del cuello fuertemente, dejando de lado su debilidad humana. Apenas medía su
estranguladora fuerza.
–Princesa,
no es tu culpa –limpié las lágrimas de sus mejillas–. Él no estará feliz de
verte tan mal, y sé que lo extrañas, pero Chris solo quiere verte feliz, estoy
seguro. ¿Quieres recostarte?
Ella
asintió.
Charity
se quedó dormida tan pronto la acomodé en la cama, su rostro estaba enrojecido
e hinchado de tanto llorar, sus lágrimas estaban secas sobre su piel dorada.
–Quédate
aquí –me había murmurado en voz muy baja tan pronto como traté de levantarme de
la cama. Su mano se había aferrado a mi brazo con tanta fuerza que dejó anillos
enrojecidos sobre mi piel.
La
princesa parecía exactamente un ángel con sus alas plegadas en su espalda y su
rostro angelical, inocente. Ella era hermosa. La escuché gemir y me percaté de
su respiración perturbada, del movimiento veloz en su pecho y del movimiento de
su cabeza al sacudirse de un lado a otro. Inclusive en sus sueños, ella
lloraba.
–Chris
–murmuró en un hilillo de voz casi imperceptible.
Sus
manos apretaron mi brazo más duramente. Sentí que el pecho me dolía, puse una
mano sobre su mejilla. El ligero roce hizo que ella abriera sus ojos de golpe y
me observara con su mirada cristalina debido a las lágrimas.
–Oh,
Charity –dije antes de encimarme levemente sobre su cuerpo y capturar sus
labios con los míos.
Sentí
su boca dulce debajo de la mía, respondiendo tímida y lentamente a mi beso. Sus
labios se movieron con suavidad y ternura, atrapando los míos, sus manos se
deslizaron sobre mis costillas con un tenue roce de sus dedos. Jadeó cuando
separé sus labios con los míos de manera exigente, rebusqué su lengua en el
interior de su boca y saboreé su calidez.
El
aroma exótico y dulce sobre el cuerpo de Charity logró estimularme, la forma en
la que ella gimió, la manera en que buscaba profundizar el beso de manera
desesperada, hocicando mis labios famélicamente, la sensación de sus delicadas
manos sobre mi piel.
Esto
era totalmente distinto a besar a Morgana, casi opuesto, pero igual de
celestial. Charity era tan tierna, delicada y femenina. Carecía de ese
salvajismo casi animal de Morgana, pero poseía algo angelical y sutil.
Atrapé
su rostro entre mis dos manos, ella hizo el mismo movimiento de manera casi
ingenua. Fui capaz de percatarme de la humedad de su cara causada por las
lágrimas, de sus dedos temblorosos sobre mis mejillas.
Terminé
de situarme sobre su cuerpo, posicionando mis caderas encima de las suyas con
una tenue presión. Un sonido que variaba entre un grito sordo y una rápida
inhalación salió de sus jugosos labios, sus manos me empujaron, su rostro se
giró.
–No
–negó–, no, déjame.
–Pero,
yo... Linda...
Charity
se movió para quitarme de encima.
–No
puedo besar a otros hombres, no puedo serle infiel.
–¿A
quién?
–A
Chris –admitió luego de una pausa–. Él no quiere que mire a nadie más, no
quiere que bese a nadie más, no quiere que nadie más me toque. Él me lo dijo,
en un sueño.
Demonios.
No
podía ser cierto que Chris fuera capaz de atormentarla en sueños, pero no podía
hacer nada al respecto, los Visitantes Noctámbulos tendrían que encargarse de
ello.
Entretanto,
yo me moría de ganas de besarla demasiadas veces, hasta que ambos sintiéramos
dolor. Me moría por poner mis manos sobre su cuerpo y acariciarla hasta que me
rogara piedad.
Por
los dioses, necesitaba a Charity.
Haberla
probado había sido como dar esa primera calada de droga.
Puedo
dejarla, uno siempre dice antes de probarla. Pero uno siempre quiere más.
Era
capaz de comenzar a rogarle a esta chica por un poco de afecto. A pesar de mí
mismo, me aparté a regañadientes. Debía pensar primero en ella. Traté de
respirar profundamente y apaciguar esa sensación calurosa en todo mi cuerpo.
En
el tiempo que dura una exhalación, alguien irrumpió en el dormitorio, haciendo
trizas la puerta.
Se
trataba de Ludwig.
Con
aspecto de un ser proveniente del infierno, el tipo arrojó un objeto en llamas
hacia la cama. Me moví a toda velocidad, rodando sobre Charity y tirando de
ella para alejarla del fuego.
Una
llamarada de fuego naranja encendió la habitación, incendiando cada tela o
material de madera.
La
princesa extendió sus largas y abundantes alas emplumadas antes de desenvainar
dos largas dagas que habían estado ocultas en su indumentaria. Lanzó una de las
armas hacia el Vanthe transformado, Lud la esquivó velozmente con un limpio
movimiento.
Charity
vadeó el aire para llegar hasta su enemigo. Ella trató de hacer un corte sobre
el pecho de la bestia, pero el muchacho fue capaz de sujetar su mano antes de
que el arma le tocara. Él le arrebató la daga incluso antes de que cualquiera
pudiera darse cuenta, la princesa quedó estupefacta ante aquello.
Ludwig
era más fuerte de lo que yo pensaba, y sus instintos estaban completamente
desarrollados para la batalla. Empujó a Charity cerca del fuego y apoyó la daga
contra su pecho femenino.
–De
verdad, Charity, no quiero dañarte –él gruñía como si alguien estuviese
lastimándolo.
–Oh,
no, claro que no –la princesa cantó con ironía–, es por eso que me das a elegir
entre una muerte calurosa y pasional y otra más rápida y furiosa –dio
golpecitos en su barbilla con sus dedos–. ¿Qué prefiero, ser incinerada o
apuñalada?
Su
ironía fue cortada por un chillido que salió de su garganta cuando el chico
comenzó a perforar la piel sobre su pecho.
Con
sigilo, bajé mi mano, dando una fría puñalada en la espalda a Ludwig. Él había
estado tan distraído que difícilmente habría notado que yo me había escabullido
para alcanzar la primera daga que Charity arrojó al suelo y me había movido
hacia sus espaldas sin que nadie pudiese notarlo.
Cayó
de rodillas, gimiendo, soltando a Charity.
–Lo
siento –mascullé–, pero estoy del lado de la chica sensual de las alas.
La
chica sensual de las alas se apartó del fuego, una fina línea de sangre
manchaba su pecho y su camiseta. Yo sabía que no había herido a Ludwig con la
fuerza y profundidad requerida para matarlo, la magulladura en el lado derecho
de su espalda estaba incluso comenzando a sanar debido a los poderes de
auto-curación del ángel malvado. Pero sabía una cosa más, también.
Los
primeros relámpagos de luminosidad del amanecer traspasaron las rendijas en la
madera del Carmilliam, dando claridad parcial a toda la sala.
Ludwig
perdió sus alas, su cabello dejó de ser rojo, cada facción en su rostro volvió
a la normalidad, el color azul de su piel retornó a un rosa tostado. Su espalda
desnuda se encontraba gravemente herida, medianamente curada, la sangre se
escurrió hasta el final de su dorso.
–Perdóneme,
su majestad –Ludwig farfulló sin mirar a Charity, con timidez, antes de
marcharse corriendo.
Los
fulgores del fuego que aún ardía en la habitación cortaban la imagen de Charity
con tonalidades naranjas y sombras. Ella había vuelto a la normalidad también,
sin alas, ni ojos dorados, ni cabello más radiante que el sol, ni peligrosos colmillos.
Estaba jadeando al observar la sangre sobre sí misma.
–Tenía
que haberlo matado –se esforzó para decir preocupadamente–. Desde antes de mi
nacimiento, juré no permitir que ninguna de esas bestias permaneciera viva
hasta el amanecer. Y le dejé vivir. ¿Cómo pude ser tan estúpida? ¿Por qué no le
mataste, Jerry? Ahora él anda por ahí... con vida.
–Si
lo herí, Charity, fue para protegerte –le expliqué con calma–. Yo no he nacido
para matar a nadie.
La
princesa siseó por el dolor en su pecho, me aproximé para acunarla en mis
brazos, la sentí debilitarse.
–No
puedo matarlo ahora –siguió ella–, está prohibido hacerle daño a esas bestias
en su forma humana. Tendré que esperar a que caiga nuevamente la noche –gimió,
adolorida–, pero mientras tanto él seguirá matando gente...
–Maldita
sea, deja de preocuparte por eso. Estás herida –le recordé.
–Si
tan solo Chris no se hubiera metido en mis pensamientos... no habría tenido la
piedad suficiente como para dejarle vivir. No me habría quedado dormida como
una niña tonta y pequeña, tal vez me habría dado tiempo de batallar... tal
vez... –ella me abrazó, hundiendo su cara en mi pecho–. Quiero a mi hermanito.
¡Quiero a Dim! Él está hecho de mi sangre, de mi carne, somos lo mismo. Él me
cuida, me aconseja. Nunca en mi vida había pasado tantos días sin mi hermanito.
Lo echo de menos.
–¡Jerry!
–escuché una vigorosa voz llamándome. Joe–. ¡Salgan de aquí, van a chamuscarse!
El
vampiro mostró estupor al aparecer delante de nosotros. Rodeé la cintura de
Charity para guiarla lejos del fuego. Ella se liberó de mí de todos modos, como
una demostración de independencia y autosuficiencia.
–¡Ven
a ver esto, hombre! –Joseph clamó.
Lo
seguí.
Desde
la cubierta del Carmilliam podía vislumbrarse en la lejanía aquella diminuta
isla que flotaba en medio del cielo. Era pequeña vista desde la distancia, sin
embargo, al estar en la isla perdida de Etruria, te dabas cuenta de cuán inmensa
podía ser aquella ciudad.
Mientras
nos acercábamos, fui capaz de distinguir las altas torres de los castillos de
piedra sobresaliendo a mitad del cielo. A pesar de todo, esta era una ciudad
alucinantemente hermosa, rodeada de un mágico encanto.
El
barco pirata, alzándose sobre los divinos cielos, se detuvo a una distancia
prudente de Etruria. La bandera negra ondeó al viento potentemente y los
fantasmas comenzaron a surgir desde los suelos de madera.
Un
arsenal de figuras traslúcidas volaron alrededor de nosotros como humo oscuro
arremolinándose en torno al Carmilliam.
–Cualquiera
que no posea sangre de dios, permanecerá aquí durante siete más siete
eternidades –se escuchó el retumbar de cientos de voces fúnebres que silbaban en
nuestros oídos.
Los
fantasmas del Carmilliam se estaban materializando para retener a cada mortal o
inmortal que no poseyera sangre de dios. Los espíritus se aglomeraron alrededor
de Joe, creando una barrera de gente muerta en torno a él.
Entretanto,
un corcel alado se aproximaba desde los cielos, un formidable caballo del color
de la noche, tres o cuatro veces más grande que un caballo normal. Él aterrizó
en la proa del barco, estremeciendo a cada persona con el poder y superioridad
que destilaba. Sus alas al moverse revolvían el viento con fuerza, batiendo mi
cabello. El corcel parecía indómito y salvaje, también peligroso, pero atestado
de magia.
Los
Pegasos provenían de los más altos cielos, estaban ahí para acompañar a los
dioses y solamente eran domados por seres con noble corazón.
–¿Dónde
está Angie? –vociferé a Joe.
–Aquí
está –escuché la voz de la misma Angelique detrás de mí.
La
hallé luciendo temeraria y sensual, con su cabello y vestido sacudiéndose al
viento, sus ojos casi rojos y su cuerpo bloqueando la luz del sol, la cual
formaba una especie de aura en torno a ella.
–Angelique
–reduje cuantiosamente la distancia que nos separaba–, tú tienes sangre de
dios, has bebido suficientes veces de mí como para que los espíritus puedan
percibir mi sangre en tu organismo. Pero ellos no dejarán marchar a Joe a menos
que él acepte beber directamente de mí.
Ella
se volvió a ver a su esposo con ojos de suplicante desesperación. Él estaba
siendo rodeado por los antepasados del Carmilliam.
–Beberé
de Angelique, ella tiene tu sangre aún –Joseph arguyó, retrocediendo para eludir
a los fantasmas.
Me
encogí de hombros.
–Haz
lo que quieras, pero su sangre no será suficiente como para que ellos crean que
tienes algo de dios.
–¡Joe,
por favor! ¡No me iré sin ti! –gritó Angelique afligida. Se precipitó para
coger mi camiseta con un puño y tiró de esta para remolcarme hacia Joseph–.
¡Muérdelo, ahora!
El
vampiro juntó sus gruesas cejas en su frente con un gesto malcriado. Adusto, colocó
una mano bruscamente sobre mi cara mientras su boca se aproximaba hacia mí.
Mierda.
¿Él
realmente iba a morderme el cuello?
Lo
había oído decir incalculables veces que se negaba rotundamente a morder el
cuello de otro hombre.
Sus
colmillos se hundieron rígidamente en la parte baja de mi cuello, cerca de mi
hombro. La mordida fue impiadosa, más fuerte que la de cualquiera de las
chicas, casi parecía que quería herirme en lugar de beber mi sangre nada más.
Sus
ojos se tornaron escarlatas, su agarre sobre mí era inmoderado. Él no iba a
tratar con delicadeza a otro hombre, o perdería su masculinidad. De todos
modos, yo era completamente consciente de sus labios encima de mi piel, de la
succión de su boca y la humedad de su lengua. Una chispa de placer se trasladó
a mi cuerpo para apaciguar el dolor de la mordida y de la pérdida de sangre. Me
mantuve quieto, estoico, sin hacer algún movimiento o sonido, simplemente prensando
mi mandíbula.
Para
mi sorpresa, fue el vampiro el que articuló un sonido gutural y áspero de delectación
al tiempo que profundizaba su mordida.
Joe
nunca había probado mi sangre tan directamente, solo por pequeñas cantidades y
sin haberme mordido. Ahora parecía lleno de éxtasis, tanto que Angelique
estaría celosa.
Él
gruñó, obligándose a extraer sus colmillos de mi piel.
–¡No!
–le advertí antes de que pudiera retirarse–. Aún no es suficiente.
–¿Estás
seguro, Jerry? Vas a desmayarte –Angelique profirió con preocupación.
Comencé
a ver puntos negros sobre los bordes de mi campo visual, el suelo casi estaba
dando vueltas bajo mis pies. Inesperadamente, me derrumbé de rodillas, trayendo
a Joe conmigo, quien de inmediato dejó de morderme.
–Hombre,
¿estás bien? –Joe me preguntó, sosteniéndome.
–Sigue...
mordiéndome –le dije, aferrando mi puño a su camisa.
Sacudió
su cabeza.
–¿Quieres
morirte o qué?
–Un
poco más, solo un poco. ¿O quieres quedarte aquí para siempre? –mi voz se
disolvió en jadeos constantes.
Joseph
volvió a morderme, pero esta vez con más suavidad, su succión no era tan fuerte
ni impaciente.
–¿Qué
hacen? ¡Lo matarán! –la voz de Charity gritó con autoridad.
En
un segundo Joe me estaba mordiendo, al siguiente, Charity estaba en medio de los
dos con una daga levantada hacia el vampiro, impidiendo que se acercara.
La
princesa se arrodilló cerca de mí y capturó mi rostro con sus manos.
–¿Estás
loco? –me abrazó con dulzura–. Mírate, vas a desmayarte.
–¡Joe...
Angie... corran al corcel! –les hablé roncamente.
–Pero...
–Angelique comenzaba a protestar.
–¡Corran, idiotas! –les ordené.
Joe
tiró de la mano de Angelique y ambos desaparecieron de mi visión en menos de un
segundo, casi como si se hubieran tele-transportado hasta el Pegaso. Los
fantasmas se dispersaron, volviendo a ser absorbidos por el barco. Yo me
recosté en sobre el cálido suelo de madera, preparándome para perder la
consciencia en cualquier momento.
–¿Jerry?
–Charity acomodó mi cabeza sobre su regazo y entrelazó sus dedos en mi cabello,
dándome una sublime caricia–. ¡Guitarrista, despierta!
Ella
me necesita aún, me repetí constantemente en mis pensamientos mientras me
obligaba a mantenerme despierto, pero a cada instante sentía que me desvanecía.
18 comentarios:
como eres capaz de ser tan egoista con tus lectoras y dejarnos el capitulo solo hasta ahi ? necesito saber que sucede ! :O hace muchisimo tiempo no comentaba, ni pasaba por tu blog. lo lamento, te he abandonado, y me disculpo por eso, pero he vuelto, eso compensa algo? eso espero, no me arrepiento de pasar por aqui y ver las obras de arte que has creado. eres una diosa, una verdadera y única genia escribiendo. realmente eres increible.
ah steph deberia ser ILEGAL que nos des esos finales! xq sos tan malvadaa jugas con nuestros sentimientos de lectoras-adictas! (tic en el ojo)"el" jerry noo... es cap estubo genial,la maraton en si pero esa mordida fuee simplemente una de las cosas mas HOT y SEXY que he leido,dios esos dos te calientan hasta los huesos,encima jerry decia un poquito quito mas! hah dios que lesbiano q es,pero tenia q hacerlo nah che pero no me puedo sacar esa imagen totalmente violable de mi cabeza (si,xq de ahora en mas la imagenes se pueden violar) pero fue wow mi cara pense q no lo iba a morder xq joe y su estupido orgullo siempre interfiere en su relacion!..ahhh y ese BESO o.o OMG ya queria que se besen lo ame! pero morgana la trato de matar WTF!? la gitana no me cae bien u.u ahh nose xq! y lud es un vanthe? WoW.. AH pero no puedo dejar de pensar en jerry, no lo vas a convertir en un fantamita-dios no? ah y el papa de jer en el cap anterior eso me mato,y ya eustace siempre esta ahi no? sieeempre = lo amo <3..
ok,la foto de la mazana que amor, ahh y las canciones me encantaron wow esas letras.. che y como te esta llendo en la uni? hay muchos chicos sexys?,los universitarios son sexys, (haha solo penso en chicos yo XD), y cuantos caps va a tener la nove? ahm hoy estoy preguntosa (nueva palabra)(yahh -.-')( estoy tarada)XD :) bipolaridad off* ah,ya me voy llendo xq es de madrugada y mañana tengo q ir al cole :C pero igual vale la pena desvelarse asi! :) subi pronto steph bsos bye!
Vaya me encanto el capitulo. No me paso por la mente que lud sea un vanthe. Despues que me caia tan bien. Jerry lo amo el es unico. Me gusta mucho la pareja que hace con charity ojala y se queden juntos. Joe idiota si por su culpa a jerry le pasa algo lo matare. cada vez me gusta mas esta historia. Cada vez amo mas a jerry.
Charity y Jerry Dios hdgsfbjdsfgbdc Ludwig Morgana los piratas, los Dioses ESE BARCO ES UNA BOMBA DE TIEMPO! Joe mordiendo a Jerry hdjfghdjx eso fue condenadamente hot y masculino <3 realmente tengo muchas cosas que decirte y nada de tiempo el capituo fue increible, fue magico, tuvo todo, romance accion risa me dio tanta ternura cuando Charity dijo que necesitaba a su hermanito xd <3 cada día amo mas a mas y mas a Jerry, cada día me enamoro un cacito mas de la novela <3 es realmente hermosa Steph, linda cuantos capis tiene mas o menos la nove? cjdhfjvdhvc quiero saber sobre futuros proyectoooooooos :3 okya hermosa no bajes los brazos nunca, que ni se te ocurra hacerlo,creces día a día y eso lo plasmas en tus libros, no dejo de sorprenderme por la versatilidad con la que narras a historia desde el punto de vista de un hombre y de Jerry, que de verdad es un personaje muy complejo, me tengo que ir ya. La novela es increible y que mas decirte que que la sigas? Cuidate linda (L
¿Como es que puedes dejarle ahí? Casi me muero de un paro cardíaco, osea, no puedo con esto, tengo que saber que pasa, Jerry debe continuar despierto, debe seguir D:
¿Como puedes escribir cosas tan geniales? Yo no puedo, le intento y no me quedan así, digo tampoco me quedan muy mal, pero tu, wow, sobrepasas las expectativas, amo todas tus historias son realmente geniales.
En cuanto a Charity, ella esta mal, no puede serle infiel a Chris porque el chico esta muerto, debe superarlo aunque sea difícil, pase por eso...
Esto es realmente genial, estoy casi segura que se enamoraran Jerry y Charity jojo y wow fue genial ver como Jerry ya conocía a Eustace desde antes de todo esto. Oh y me gusto mucho cuando todos le dicen prostituta a Morgana, porque eso es lo que es, una perra prostituta.
Espero con ansia el próximo capitulo.
Y me encantaría que siguieras la historia de Damien, de verdad que ese chico me encanta y no puedo creer que todo allá acabado, debe seguir...
Pero si no puedes ni modo.
Sigue,
Chau ♥
Omg. no puede morir. fue perfecto. me muero.
no puedo ccreer todo lo que ha pasado, enserio me encantaría que Jerry se quede Charity. Me encantan sus rabietas de niña mimada haha.
Awww has hecho que me enamore again. Jerry me gusta la fachada que se pone pero se nota que es una gran persona. Debo decir que es muy diferente a tus otros personajes. Es único. créeme que a veces me gustaría ser parte de tus historias. Me encanta la vida en libros, y los personajes también son perfectos.
Eustace, otra vez hace su apareción estrella, dejando misterio. Que hombre para más sexy.
siguela pronto, besos y abrazos.
Terelú. :}xx.
Hum!!! Hahhah mi comentario estubo del asno... Mereces algo mjr qe yo :( pero yo se qe me amas <3 hahahaha.....
Y ahora me lo dices no me gusta qedarme con la duda.. Por que no te gustan los tattos?
A mi la perforaciones no me gustan me gustan como s ven en las demas personas pero para mi no me gustan d echo no uso aretes en mis oidos el agujero *-* se cerro hahhah
mi internet en casa murio!!!
Mi sobrinita lanzo un vaso con agua al modem y se fundio y ya no sirve!!!! Maybe el lunes lo reparen o pidamos otro...
Y los caps..
JURO QUE CASI ME D UN PARO CARDIACO como es que la zorrita de Charity!! Hum!! Juo que la acesino yo la cesinare. Lo juro.
Morgana prostituta barata!!? Le qeda corto
Maldito malnacido hijo de perra!!! El padre de Jerry merece una leccion. Puto hijo de mierda..
Lo mato.. Porqe jodidos le hace daño a mi pobre Jerry.
Amm!! :$ el tipo se llama Ezequiel y esta hermoso! Es amigo de mi hermano yesta re re re lindo... Tiene unos ojitos! :) lo malo que a mi prima tambien le gusta y siento que me odaria si lo supiera pero el tipo es tan lindo *-* y es muy tierno su manera de hblar es como no se diferente el habla serio al contrario de mi hahahha
yaps mija tengo que irme ya pues estoy en el trabajo y me acesinaan si se enteran so bye love you so muh
El capitulo fue hermoso, magico, soñado, tuvo todo, ambos lo hicieron, me emocioné Jerry es terrible persona con una fachada de "a mi todo me importa un reverendo ravano" Me encanta la novela, escribeeeeeees hermosisimo <3 Ame el maraton muchas gracias por tantas molestias y Graaaaaaacias por la bienvenida (':
Deen
El capitulo e encanto de verdad escribes estupendamente. Este maraton me gusto. Me dejastes con las ganas de leer mas. Espero que subas pronto.
Me ha encantado el maraton, los capitulos fueron increibles con amor, con pasion tss me enamore de Jerry. Escribes hermosisimamente, ansio mucho mas, quieor saber que pasa, esto cada vez se pone mejor (:
Sigueeeeela
ok creo que esto de que hay maraton si llegamos a pasados los 40 comentarios por lo menos a mi me ha inspirado y yo no se las demas pero...YO SI QUIERO MARATONES, no he leido aun los capitulos pero LOS VOY A LEER solo que por culpa de un trabajo de la escuela no he podido ¬¬ pero ya casi lo entrego asi que ya los voy a poder leer; pero estoy segura de que estan tan geniales como todos los demas *-*
oh dios oh dioooos!! ame sin duda este capitulo fue tan genial, tan conmovedor, tan inesperado, tan sorpresivo tan tan tan WOW...jajaj mori de la risa cuando joe mordio el cuello de jerry, yo hubiera jurado que lo iba a morder en la muñeca pero mori cuando lo mordio en el brazo, en serio que nunca lo crei capaz de hacer eso jajajaj los ame a todos. y diooos al fin charity se convirtio en leive *-* ame eso y no puedo creer que ludwig o.o eso si que me sorprendio...pero aaah ya quiero saber que es lo que va a ocurrir ahora porque porque jerry se va a desmayar y que va a pasar con el y con charity y y y y con TODOOOS!! :S
Estoy enamorada de Jerry eeeeeees increible *---* Charity será berrincuda peor me cae bien, al menos no quiere matar a Jerry.
Tu foto estaba increible :3
Amo la novela e stan genial .__. Amo como escribes, Sigue asi (L
Empesare con un NI SE TE OCURRRA!
que jerry se quede con char por que la verdad no pienso aceptarlo
me gusta el jerry liberal!que se acuesta con todas!el es compartido asi que Char no ni lo pienses
si acaso soportare que se acuesten y fin.
denuevo yo aquii!!.. oohh!! mi internet murio!! y yo super triste..
me siento del navo,.. siento que traisione a mi amiga orrible,...
y aaii! me siento pesimo!! ;(
buenoo.. mi comentario estuvo del asco y lo se como lo ise a la rapida me comi algunas letras y yalose estuvo orrible!!.. :) pero sabes que te quiero mucho...
aamm!!.. steph estas lidisima en la foto, me encanta el esmalte de uñas. haha bueno me marcho que estoy en un ciber casi a mitad de la noche :) hahaha bueno cuidate y un abrasito so bye love you girl so much
Ameeeeee el maraton estuvo genial Jerry es muy lindo y raro, no me gusta Charity, prefiero a la psicopata la foto d ela manzana está genial, las canciones ambas son muy lindas y se relacionan muy bien con el capitulo (:
Hola Steph! Me alegro de que mi comentario te haya servido. Mmmm... no estoy del toda segura en cuanto a mis predicciones, de que Charity termina con Ludwig ya no lo veo como algo válido. Ahora bien... en cuanto a las predicciones que hizo Morgana tengo mis dudas que prefiero guardarmelas para mi. En cuanto si Jerry se queda con Morgana o Charity es también una duda pero como soy fiel al team Jerrity me voy a arriesgar con este. Ahora, ¿Qué pasará de ahora en más? Bueno eso es algo que tendré que esperar y ver más adelante. Pensé que Jerry tenía mas cabeza pero preg a Morgana si sería capaz de lastimar a Charity es como preg a un ladron si el roba... Muy insensato y poco lógico (Jerry) Veremos que pasa en estos días saludos.
MH
me encantaaaaaaaaa la novela, jerry mi amor encima lo amo a Hunter Parrish, sos una gran escritora, la verdad que super entretenida e interesante, siempre te deja con ganas de más. XOXO
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